Hoy, a las seis y media, en la librería Zuloa, gente de la cultura local se reúne para debatir, contrastar, una encuesta y un informe. Ambos elaborados el pasado mes intentado diagnosticar el estado de la cultura de nuestra provincia. Un total de 35 actores del arte, del mundo de la creación, ha participado en el proceso: se les ha entrevistado. Los resultados pueden visualizarse ya on-line en un documento que recoge sus necesidades, sus problemáticas, y las posibles soluciones.
Nada nuevo bajo el sol: todos los encuestados coinciden en que en estos momentos la situación general del sector es comatoso. Algunos incluso ni siquiera aceptan que lo que aquí tenemos pueda denominarse “sector”. En cualquier caso, describen éste con apelativos bastante deprimentes: catastrófico, olvidado, descuidado, empobrecido, inestable, en crisis, inexistente, de urgencia absoluta, paupérrimo, con parálisis?
Sobre las problemáticas más importantes que detectan en su ámbito la mayoría afirman que hay una escasa conexión con el ciudadano (escasez de público, no hay conexión con la audiencia, desconocimiento de la sociedad, poca educación hacia el público en general, falta de interés de la sociedad, falta de apoyos pedagógicos, las relaciones laborales no están reguladas, falta de acceso a la difusión cultural?) existen dificultades para dedicarse a la creación pues no hay apoyos (menos becas para artistas, no hay entusiasmo para dar a conocer el trabajo de los artistas, no hay salas donde exponer, clientelismo, escasez de lugares para la promoción de los artistas, reducción de presupuestos, no hay apoyo económico, no hay políticas culturales, precariedad, problemas para sobrevivir?) y la visión sobre la gestoría pública de la cultura no es positiva (intromisión de los ejércitos de técnicos, carencia de plan, falta de diálogo y comunicación, sensación de abandono, el mapa institucional no funciona, dirigismo, clientelismo, falta de autocrítica, se gestiona buscando réditos, la cultura agoniza en manos de los funcionarios?)
En cuanto a la visión sobre su situación profesional, la mayoría opina que su problema más importante es la pura subsistencia. Varios también, hablan de la necesidad de establecer un salario social para las artistas. Como soluciones al mal estado de la cultura local, apuntan: bajar el nivel de burocracia, poner gente nueva al frente de las instituciones, replantearse los departamentos de cultura, equilibrar presupuestos, crear organismos de gestión ciudadana? Varios dicen no encontrar ninguna solución.
Un tanto desconsolador, leer estas encuestas y el informe. Pero no es de extrañar. El pasado mes, por ejemplo, ninguna galería de arte de nuestra ciudad estaba presente en Madrid, en la gran cita que es Arco. Había representación de galerías vascas, pero cero alavesas. Y mientras ciudades vecinas como Bilbao y Donostia cuentan con espacios de formación y de producción de arte, por aquí todo eso nos parece de otro planeta.