Vitoria - Tras ponerse en marcha hace justo un mes, la cuarta edición del ciclo de cámara que desarrolla el Conservatorio Jesús Guridi, con el apoyo de la Red municipal de Teatros, vuelve a citarse mañana con el público. Lo hace, en esta ocasión, aunando en un mismo concierto dos de sus principios básicos. Por un lado, el apoyo a los jóvenes intérpretes. Por otro, la puesta en valor de los artistas locales. Ambas condiciones se dan la mano en la figura del pianista y clavecinista gasteiztarra Ibai Ainharbe, que vuelve a casa por unos días para ofrecer esta actuación antes de volver a su actual ciudad de residencia, Friburgo (Alemania).
La cita, como es tradicional en este ciclo, se producirá a partir de las 19.30 horas en el aula manga del conservatorio con las entradas disponibles por 5 euros, aunque cabe recordar que el acceso para los estudiantes y personas sin empleo es gratuito. Los presentes podrán disfrutar de un programa en dos partes que reunirá composiciones de autores como Bach, Scarlatti y Farnaby. De esta forma, el concierto se presenta como un viaje por distintas partes del continente europeo con piezas del siglo XVIII para el arranque y obras de finales del XVI y principios del XVII después.
“Es especial tocar aquí, por supuesto. Han sido tantas veces en el escenario del aula magna del conservatorio haciendo exámenes, audiciones, ensayos... volver es algo emocionante”, apunta el joven interprete, que tras formarse en el Jesús Guridi y en la Escola Superior de Música de Catalunya, ha vuelto a seguir su proceso de aprendizaje a la mencionada localidad alemana, donde ya estuvo durante un par de años a principio de esta década. Una ciudad, por lo menos en cuanto al número de habitantes, muy parecida a Vitoria (incluso un poco más pequeña en este sentido) aunque muy distinta en el plano cultural. “Hay muchas diferencias. Para empezar, allí existen tres orquestas de primer nivel”, describe el músico. El futuro ya dirá si su camino pasa por volver o quedarse allí, aunque como reconoce Carlos Seco, director del Jesús Guridi, para los jóvenes como Ainharbe marcharse a otros países se está convirtiendo en una opción casi única.
De momento, eso sí, el público de su ciudad tendrá la oportunidad de escuchar su trabajo al frente del clavecín, un instrumento que el músico reivindica frente a ideas tópicas, una herramienta de trabajo que “es exigente porque es imposible encontrar dos iguales y te exige ser bastante versátil”.