Barcelona - El escritor canadiense de origen argentino Alberto Manguel, que participa estos días en el festival de literatura Kosmópolis, ha defendido que la curiosidad ha sido el motor de la evolución. Manguel, que acaba de publicar en España Una historia natural de la curiosidad, indaga en el que ha sido desde la noche de los tiempos “el estímulo que impulsa nuestro conocimiento y también la tentación para adentrarnos en lo prohibido, lo oculto, lo peligroso”. Ha confesado que empezó a imaginar el libro después de sus lecturas cotidianas de Dante, pero “no quería escribirlo, porque suponía acabar con esas sesiones” con el poeta italiano, y ha advertido de que, sin embargo, su viaje con el autor de la Divina Comedia “no ha acabado”.
En Una historia natural de la curiosidad (Alianza Editorial) confluyen largos años de lecturas, escritura y pensamientos alentados por una pasión y una vivacidad arrebatadoras: nada que pueda interesar a la curiosidad humana le es ajeno.
“El libro se presenta como un viaje infinito, aunque se reduce a 17 preguntas que corresponden cada una a uno de los capítulos”, señala Manguel. “Como seres humanos podemos ser definidos por que somos los únicos que poseemos el don de la imaginación y a través de ésta podemos tener la experiencia del mundo antes de tenerla de manera material, pero para ello necesitamos impulsarla con nuestra curiosidad”, apunta el autor.
A su juicio, la curiosidad nos lleva a dirigir nuestra imaginación hacia diferentes ventanas y puertas que se abren, y hacia territorios desconocidos, y cuando los empezamos a recorrer y a saber lo que son, esas preguntas conducen a nuevas preguntas. “Si nos contentáramos con respuestas como quieren los dogmas religiosos, los políticos o los publicistas, nosotros dejaríamos de existir”, asegura.
Manguel añade que “los únicos que se contentan con las respuestas son los muertos, pues los vivos cuestionan las respuestas; y por esa razón la lectura es un elemento tan poderoso, porque la literatura alienta nuevas preguntas”. - Efe