Los mandamases del certamen internacional World Press Photo han rectificado y han retirado su primer premio, al descubrir que el autor de la serie sobre la localidad belga de Charleroi admite haber falsificado escenas. El fotoperiodismo es la esencia misma del reporterismo y del periodismo esencial, donde la realidad informativa se transmite a instantáneas sin toque, retoque, ni añadido alguno. Modelo periodístico típico de la cultura occidental, desde el final de la segunda guerra mundial, tiene en nuestros días el reconocimiento a la profesionalidad, valentía y entrega de quienes han adoptado esta forma narrativa de ofrecer la actualidad como tarea informativa. World Press Photo es el certamen internacional más reconocido de esta especialidad periodística que ha visto sus cimientos de credibilidad amenazados al descubrirse engaño, torpeza y manejos en quien había resultado ganador de la última edición, Giovanni Troilo por una serie de fotos sobre la ciudad de Charleroi en la especialidad de Problemáticas Contemporáneas. La comunicación en los mass media contemporáneos se basa en un pacto no escrito de verdad, objetividad y credibilidad; es decir que lo que se cuenta o muestra no ha sido sometido a manipulación técnica o de contenido. No vale engaño, falsificación ni mentira. El director de World Press Photo ha declarado que “estamos ante un caso claro de información engañosa? Se ha violado una regla y se ha cruzado una línea roja”. El mayúsculo error de World Press Photo, corregido in extremis, ha dañado la fama y prestigio de una institución criticada en ocasiones por sospechas de falseamiento de la realidad, que en ningún caso puede ser organizada, construida o diseñada. Por ello, Si no hundida, la confianza en este premio ha quedado tocada, dañada. Con las cosas de comer no se juega. Mayúsculo error.