la cadena privada Mediaset está de celebraciones, porque cumple veinticinco años de cita diaria con los televidentes, en una dura pelea por audiencia y anunciantes que financian en su totalidad los costos de una estación que nació con marcado carácter italianizante por aquello de que el negocio de Silvio Berlusconi, Fininvest/PubliEspaña manejaba Tele 5. Valerio Lazarov, Maurizio Carlotti y Paolo Vasile, tres directores generales de campanillas, han marcado la forma de hacer tele y sobre todo, de programar de la estación hoy líder en el mercado televisivo. Desde los tiempos de Emilio Aragón, Belén Rueda, las Mamachicho, Gran Hermano, y otros productos estrella de la cadena, hasta Sálvame, Ana Rosa o Mercedes Milá, Tele 5 ha marcado terreno frente a las demás programaciones televisivas, empantanándose en las aguas fecales de los reality, telerrealidad, televisión del grito, semiescándalo y emociones desbordantes, frente a la tele familiar del grupo Planeta; a recordar la nueva ficción serial con Dani Ejea y José Miguel Contreras con Médico de familia, primer serial de popular éxito. Desde los tiempos de Mariñas a los de Piqueras hay un ejercicio nuevo de retratar la realidad en la información más allá del oficialismo de las televisiones públicas, aportando bocanadas de aire fresco frente a TVE, emisora del régimen, agitada por la competencia de las privadas que arrojan datos poco gratificantes para el Pirulí. Veinticinco años no son nada en la vida de una empresa, pero muestran trayectoria, éxitos y fracasos de teles privadas de las que se esperaba más imaginación, creatividad e ilusión para superar los vicios mediáticos de la vieja tele oficial; en parte han defraudado estas esperanzas de cambio y novedad y se parecen demasiado entre sí, en un frustrante ejercicio de lo mismo. En cualquier caso, zorionak!