Un año más nos acercamos a Artium para disfrutar de una nueva edición, la cuarta ya, del Festival inTACTO, evento imprescindible para todas aquellas personas interesadas en conocer las tendencias más vanguardistas dentro del mundo de las artes escénicas europeas. Tres días repletos de performance y montajes teatrales de carácter experimental.
La primera jornada comienza con un breve vídeo de presentación y unas palabras de bienvenida a cargo de Iara Solano, miembro de Factoría de Fuegos, colectivo organizador del festival. A continuación, el honor de dar el pistoletazo de salida corresponde a la compañía Fundación Collado Van Hoestenberghe, con su obra De milagros y maravillas-Conferencia optimista. El ponente reflexiona sobre aspectos más o menos banales de la existencia humana, mientras su asistente, una chica belga, interpreta canciones en flamenco. Ambos bailan para expulsar sus demonios, y apoyados en momentos de humor delirante contagian su vitalidad al espectador.
La siguiente propuesta llega de la mano de Parasite Kolektiboa. Estaba muerta es una pieza todavía en desarrollo, pero la bailarina consigue transmitir fuerza e intensidad a través de un ejercicio de danza salpicado de pinceladas de interpretación teatral. La conexión espiritual establecida entre ella y su fallecida abuela nos llega a emocionar.
Para comenzar el segundo día, nos encontramos con Luciana Cheregati, también bailarina contemporánea. Gag resulta ser una gran pregunta infinita construida con pequeñas preguntas independientes, formuladas mediante la enumeración de términos contrapuestos. Movimientos repetitivos y enfermizos, ausencia de respuestas.
Cambiamos de sala para vivir uno de los momentos más destacados del festival gracias a la intervención de el colectivo El Pollo Campero-Comidas para llevar. Su obra Sekvantaro. Piezas codependientes de duración relativa en que las actrices intentarán hacer teatro comienza de manera tranquila. Las dos mujeres se presentan y se desnudan en el escenario. Nos miran y no dicen nada, la incertidumbre se instala en el ambiente. De repente, una canción de Jane´s Addiction sonando a todo volumen nos sobresalta, y ellas aprovechan para bailar de manera caótica mientras vuelven a vestirse. Las siguientes escenas se desarrollan en diferentes estancias del museo, y todo el público asistente se muestra receptivo y colaborador. Humor absurdo, simpatía e inteligencia hasta el final.
Termina el día con la aportación de los barceloneses El Conde de Torrefiel. Su montaje Escenas para una conversación después del visionado de una película de Michael Haneke no deja títere con cabeza. Provocación desde el primer hasta el último instante. Cada escena es narrada por uno de los componentes dando la espalda al público, y se suceden momentos brillantes con otros más indigestos. En la coctelera caben las procesiones de Semana Santa, el sexo en grupo, after hours salvajes, referencias a la institucionalización del arte.... Diferentes historias que, de alguna forma, acaban confluyendo.
Todo se acaba, ya estamos en la última sesión de inTACTO. La dosis final empieza con Trópico #9. Tierra quemada, pieza ideada por Txalo Toloza Fernández. Lo primero que recibimos es una proclama disfrazada de oración y muy crítica con el sistema social imperante. Después llega el análisis de la soledad del individuo frente al mundo que le rodea, la desubicación, el desierto emocional, y de lo circunstancial y efímera que es la existencia humana. Parte de la solución puede que pase por desprendernos de todo lo material para centrarnos en el plano espiritual. Interesante y utópica reflexión.
El colectivo británico Unfinished Business no realizó una actuación propiamente dicha, sino que vino para presentar su proyecto, aún inconcluso, Change my mind. Tras una exposición verbal de unos quince minutos no nos quedó muy claro en qué consistía dicho proyecto. El vídeo explicativo posterior nos sirvió para aclarar conceptos. Varios aristas plásticos, poetas y performer se han embarcado en un proyecto común con el fin de intercambiar experiencias y conocimientos. El objetivo marcado es eliminar prejuicios, abrir la mente, y exponerse emocionalmente ante los demás. Cuando extraigan conclusiones de todo ello, las moldearán y las mostrarán públicamente. Estaremos pendientes.
Para clausurar el festival, otro de los momentos cumbre. La actuación de Los Bárbaros, con Cosas que nos gustaría ver en el escenario supuso un gran colofón y puso la guinda en el pastel del festival. El título no engaña, la obra la componen más de 60 cosas o situaciones que van apareciendo sobre el escenario. Obviamente, resulta complicado que el nivel de acierto sea del 100%, pero algunas de ellas rozaron la genialidad, como cuando representaron la caída de las torres gemelas de Nueva York con unos azucarillos desintegrados por un chorro de café caliente. Conectaron muy bien e interactuaron de tal manera con el público presente que, en un momento dado, las tablas quedaron invadidas de cuerpos tumbados, mientras los artistas se acomodaban en las gradas. Irreverentes y amables.
Durante las dos últimas jornadas, además, algunos privilegiado tuvieron la suerte de participar en varios pases de dos propuestas muy interesantes y originales. Por un lado, And the birds fell from the sky, de Il Pixel Rosso. Viaje inquietante, rozando la pesadilla, de la mano de unos misteriosos, siniestros y poco amigables payasos, Y por otro, Etiquette, de la compañía británica Rotozaza. Dos personas comparten un espacio público y se comunican y relacionan con la ayuda de las instrucciones que reciben a través de sus auriculares. Utilizan objetos, dibujan y hablan dentro de contextos concretos.
Concluida la diversión teatral, nos dirigimos al Darkablar donde tuvo lugar la fiesta de despedida. Allí nos mezclamos actrices, actores, organizadores y público. Gran ambiente y buena selección musical. Mención especial para los estupendos canapés que nos prepararon. Conocimos gente nueva, hicimos amigos y amigas y compartimos anécdotas. Y así, entre verdejos y crianzas, se fue apagando la llama de inTACTO. Pero sólo de momento, en la próxima edición seguro que se repite el éxito artístico y la afluencia masiva de espectadores. Hasta el año que viene.