Quien conoce la filmografía de Asier Altuna (Bergara, 1969) sabe bien cuán fuerte es la atracción que el mundo rural vasco ejerce sobre sus historias. Quizá porque vivió su infancia en un caserío, se siente “cómodo” en ese entorno que suele ser campo abonado para sus guiones. Precisamente, ese universo es el telón de fondo de Amama, la película que terminó de rodar el pasado sábado y que verá la luz en 2015. Filmado íntegramente en euskera, es el primer largometraje de ficción que escribe y dirige en solitario.
El guion de Amama “viene de lejos” y, de hecho, “nació como comedia”, pero a medida que Altuna se fue “implicando” en el proyecto, este “evolucionó hacia el drama”. “Sin mucho diálogo” y apoyada “en las miradas e imágenes”, la película relata una “ruptura entre generaciones” alrededor de un baserri que el hijo predestinado a heredarlo quiere abandonar. “Es una historia muy personal sobre la incomunicación y la necesidad de llegar a puntos de encuentro”, afirma el director, que ha querido rendir “homenaje” a una forma de vida, la del caserío, que se encuentra “en extinción”. Los roces entre los personajes plantean una “reflexión” sobre cómo “la tradición y la modernidad pueden convivir pero a veces originan muchos conflictos”. No es una obra autobiográfica, pero Altuna se ha servido de diversas historias sobre caseríos que conoce o ha escuchado durante años. Además, un poema de Kirmen Uribe le ha servido para desarrollar “parte del conflicto” de la película.
Proyecto arriesgado Amama es un proyecto difícil en varios sentidos, especialmente por su reparto. Los personajes son miembros de una misma familia y pertenecen a cuatro generaciones diferentes: Kandido Uranga y Klara Badiola interpretan a los padres; Iraia Elias, Ander Lipus y Manu Uranga, a los hijos; Nagore Aranburu, a la nuera, Amparo Badiola a la abuela, y Unax y Aiora Zaldua, a los nietos.
Como premisa, Altuna quiso contar con un reparto sin demasiada experiencia en cine. Lipus es un habitual del teatro vasco y a Iraia Elías la eligió, por pura “intuición”. El mismo instinto le llevó a optar por Manu Uranga, hijo de Kandido: ambos reproducen esa misma relación en la ficción. “Manu es artista, no actor profesional, pero trabajó un año en Goenkale. Me parecía interesante aprovechar el parecido físico con su padre y la fuerza de su mirada”, dice.
Con todo, uno de los mayores hallazgos ha sido Amparo Badiola, una mujer de 83 años sin ninguna experiencia en la interpretación que ha terminado encarnando a la amama del título. Altuna se la encontró en un bar de Pasaia, donde cayó rendido ante su elegancia y su mirada. “Refleja esa filosofía de vida antigua, transmite armonía y tranquilidad. Le entré directamente y se sorprendió mucho, pero le hicimos pruebas y terminó aceptando”, asegura el realizador, que se siente “feliz” por haberse lanzado a una “apuesta arriesgadísima”.
Además, se ha rodeado de “profesionales de gran nivel”, habituales como Javier Agirre (director de fotografía), Laurent Dufreche (montaje) o su socio en cortos y largometrajes Telmo Esnal (ayudante de dirección) que, al igual que Michel Gaztambide, le ayudó con el guion. El rodaje comenzó en julio y se ha prolongado durante siete semanas no consecutivas para evocar el paso de las cuatro estaciones. Entre las localizaciones destacan Errezil, donde hallaron el caserío de la película, y los bosques de Aldatz y Artikutza, así como escenarios de Andoain, Donostia y Hondarribia.
Financiación y estreno Por primera vez, Txintxua Films asume la realización de un “proyecto grande”. La productora de Marian Fernandez y el propio Altuna ha contado con la ayuda de ETB, el Gobierno Vasco y la Diputación de Gipuzkoa para completar un presupuesto que ronda el millón de euros pero deberá crecer para terminar la posproducción: “Cuando vean cómo está quedando, podrán entrar más socios: TVE, Euskaltel...”.
Altuna calcula que Amama estará terminada en primavera y considera que “sería lógico” estrenarla en el Zinemaldia, pero sabe que no depende del equipo del filme. Aunque opina que será una cinta “potente”, no se atreve a vaticinar en que apartado del Festival podría ser incluida. Su anterior largo, Bertsolari (2011), estuvo en la Sección Oficial, pero fuera de concurso. ¿Ve viable seguir la estela de Loreak, que compitió por la Concha de Oro? “Con hacer una película maravillosa y que guste a la gente, estoy contento”, responde con cautela.
Asier Altuna (Bergara, 1969): “Baserriaren ingurua, desagertzear dagoen euskal kulturaren unitate sozioekonomiko-familiakoa ardatz hartuta, belaunaldi arteko gatazka eta elkarren arteko ulertu ezina kontatzen dut film honetan”.
Aktoreak. Protagonistak familia bereko lau belaunaldi dira: Kandido Urangak eta Klara Badiolak gurasoen papera egiten dute; Iraia Elias, Ander Lipus eta Manu Uranga dira seme-alabak; erraina, Nagore Aranburu; amona, Amparo Badiola; eta bilobak, Unax eta Aiora Zaldua.
Talde teknikoa. Asier Altuna ohiko lankideekin aritu da: Telmo Esnal (zuzendari laguntzailea), Javier Agirre (argazki zuzendaria), Laurent Dufreche (muntaia), etab.
Film luzeak. Telmo Esnalekin batera zuzendutako Aupa Etxebeste (2005) eta Bertsolari (2011).
Film laburrak. Txotx (1997), 40 ezetz (1999), Topeka (2002), Sarean (2005), Artalde (2010), Zela Trovke (2013) eta Soroa (2014).
Gidoia. Urte beri on, amona! (2011), Telmo Esnalek zuzenduta.