Sólo lo que se siente de manera intensa puede ser duro y bello a la vez. Esas dos sensaciones en apariencia contradictorias se muestran inseparables en la conversación. Hoy se cierra un camino que se abrió el 6 de agosto de 2013. “Eso no quiere decir que me vaya a olvidar en la vida de mi hermano, jamas. Pero es cuestión de pasar esto para descansar y ver las cosas de otra manera”, explica Mari Mar Aransáez. Han sido muchos esfuerzos, ideas, labores, reuniones, discusiones... para llegar a este sábado 8 de noviembre en el que el Raúl Aransáez Rock Festival quiere ser una gran fiesta de homenaje al guitarrista y hostelero gasteiztarra. “Y poeta, no te olvides”, apunta Ainhoa Zenarruzabeitia, de cuya mano llega a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA un poema escrito por él en 1992 y reproducido en estas páginas.
“Estamos muy contentos por todo lo que ha ocurrido y por las grandes colaboraciones que hemos tenido, pero es verdad que ahora que ha llegado el final de este proceso, te das cuenta de que te falta el aliento, necesitas que se acabe” añade Txuma Acosta, aún siendo consciente de que “mi intención es continuar cada año con un homenaje que se quede grabado a fuego en la ciudad, esto no es la fiesta de un año y punto”.
Los tres son voces representativas de muchas otras que están detrás de lo que sucederá hoy pero también de lo que ha acontecido hasta ahora en recuerdo del músico, como el hecho de que el Azkena Rock bautizase este año su segundo escenario con el nombre de Raúl, la edición de camisetas, calendarios, globos, banderines y chapas con la imagen del homenaje, el sorteo de guitarras... o la reunión de amigos y familiares que el pasado 2 de agosto, cuando el intérprete hubiese cumplido 46 años, impulsó Mari Mar. “Eso es algo que me gustaría mantener”.
Hoy la actividad comenzará desde el mediodía. En ese momento, desde el bar Mirlo Blanco saldrá una marcha motera abierta a todo el que se quiera sumar que recorrerá distintos puntos de la ciudad con dos paradas obligadas. Una, frente a la casa de Carmen Ramírez, la madre de Raúl. “Está muy contenta porque además la he hecho partícipe de todo. En el Azkena no estuvo, pero lo demás...”, dice Mari Mar para añadir que “alucino con ella porque tiene una gran fuerza, mucha entereza. Seguro que hoy lo pasa mal un ratito, pero bueno”. La segunda y última llegará frente al Green Bay donde está previsto que hacia las 14.00 horas, los vitorianos Cobalto ofrezcan un concierto que vendrá seguido de una txistorrada. De ahí, el siguiente paso será la sala Jimmy Jazz (las puertas se abrirán a las 18.30 horas estando las entradas a la venta en taquilla por 18 euros).
Free & Fools, Stone Keys y Reverendo Parker reuniendo a buena parte de sus integrantes rendirán tributo con sus canciones a quien formó parte de las tres bandas, todo ello mezclado con vídeos, sorpresas y... bueno, mejor no desvelar demasiado. Después llegará el broche, la actuación del ex Scorpions Uli Jon Roth interpretando el aclamado Tokyo Tapes. “Lo de Uli le hubiese gustado. A la hora de elegir el artista hubo muchas opiniones entre el Raúl más rockero, el Raúl más heavy... Eso sí, en el momento en que termine Reverendo Parker y se den las dos sorpresas que tenemos preparadas, saldrá Uli y nos quitaremos la chaqueta de trabajo para poder disfrutar” comenta Acosta. Tras ello, ya de madrugada y de nuevo en el Green Bay, la jornada terminará entre una selección de los temas que más le gustaban al guitarrista gasteiztarra.
Todo ello se grabará para editar un DVD en el que además de lo vivido a lo largo de esta jornada tanto en la Jimmy como en el resto de espacios se incluirán imágenes de los actos que se han desarrollado desde la muerte de Raúl aquel 6 de agosto de 2013. “De momento no tenemos deudas”, ríe Acosta.
Llegar hasta aquí es el resultado de muchas sumas. “Los primeros encuentros eran un poco macro-reuniones con todos los puntos de vista ya que todo el mundo quería hacer su homenaje porque pensaba que era el bueno”, recuerda Txuma. “Y discusiones se han dado unas cuantas pero es normal”, comenta Mari Mar, que señala que la familia ha dejado hacer. “Si he visto algo que no me ha gustado, sí que lo he dicho pero no se ha puesto ninguna traba a nada”.
En el recuerdo “Hoy me diría: cariño, esto es tremendo”, reflexiona Zenarruzabeitia. “Le conocí con 19 años en los bares, nos gustamos y empezamos a salir juntos” recuerda Ainhoa. Luego “las cosas cambiaron, cada uno fue por un lado, pero bueno, fuimos amigos hasta el final. Imagina que acabé casándome con su socio (Pedro Amigo)”, ríe, antes de afirmar sin dudar que “era un hombre excepcional”.
También en las barras se encontraron Raúl y Txuma. “Le conocí en la Zapa cuando él trabajaba en el Refugio. Yo era un chavalito de 16 años que empezaba a descubrir lo que era la noche y el rock and roll, lo que pasa es que desde el principio hubo mucho feeling. Es una persona con la que he compartido los últimos 20 años, una persona con la que podías contar para todo...”, un socio también en lo empresarial que hoy “estaría contentísimo porque son sus amigos, es su música, es su grupo”.
Una alegría, aunque con sus momentos de dureza, que comparte Mari Mar, que echa la mirada atrás para recordar a su compañero de tantas cosas. “Como hermano era un capullo”, ríe, más allá de que no lejos está esperando un pañuelo porque en la conversación ha habido algún pequeño momento en que ha sido necesario. “Me llevaba cinco años. Cuando él tenía 13 y yo 8 y se compraba un libro, le decía: ¡jo tato, cómo me gusta este libro!. Te lo vendo. ¿Cómo que me lo vendes?. Sí, te lo vendo. Y yo como una tonta se lo compraba porque siempre tenía algún ahorro y él nunca nada. Era un chaval que se compró con 16 años su primera guitarra y tenía una ilusión tremenda. Me acuerdo que era una guitarra azul que costó unas 26.000 pesetas. Mis padres no se la dejaban comprar porque suspendía todo pero llegaron a un acuerdo”. Y después vinieron los grupos, los conciertos, los discos... y también un trabajo incansable detrás de la barra. Y no, Ainhoa, no hay que olvidar su faceta de poeta.
Es hora, por tanto, de divertirse y de hacerlo dejando que los sentimientos estén a flor de piel. No importa emocionarse. Es momento de recordar y revivir, pero también de ser conscientes de que la huella personal y creativa que dejó Raúl Aransáez no se puede borrar. No es posible. Tampoco en estas páginas. Disfruta de tu día.