Nació en el número 23 de la calle Rioja de Vitoria el 3 de agosto de 1914. Hija de Domingo de Silos, oficial artillero y natural de Benabarre (Huesca), que se casó con la vitoriana Encarnación López de la Calle, razón por la cual seguramente nació Blanca en la capital de Álava, cuando su padre se hallaba destinado en Logroño. La nueva vitoriana fue bautizada en la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel por el cura castrense de esta plaza, Manuel Montero Villamarín, el 16 de agosto de 1914. Poco después del nacimiento de Blanca, su padre fue destinado a Segovia. Tendría la niña tres años tan solo. A pesar de haber vivido en su ciudad un corto espacio de su niñez, dejó aquí mucha familia. Y todos los años, hasta 1935, venía con sus padres a vivir el jolgorio y la animación de las fiestas de la Virgen Blanca.
Sus comienzos teatrales fueron muy venturoso, por cierto, y con ángel escénico que llamaba la atención. Era una jovencita dulce, suave, candorosa y de ingenuidad angelical. Desde su adolescencia, Blanca siente una gran afición por el teatro, principalmente el de verso, proclamando su propósito de dedicarse a esta profesión. Sin embargo, su familia se opone rotundamente, aunque acaba por permitir que la joven, en plena Guerra Civil participe en Segovia en la representación del auto Sacramental El Hospital de los locos.
Aquí se inicia una trayectoria interpretativa considerable, que sobre las tablas se desarrolló a lo largo de la década de los 40 en el seno del Teatro Nacional y de la compañía de María Guerrero, actuando además en diversas compañías teatrales como la de Lope de Vega. La primera intervención en el campo profesional la hizo en el año 1938 en la obra Las ranas, más adelante interpretaría de primera actriz reconocidas obras como La vida es sueño, La heredera, El sueño de una noche de verano o Llegada de noche, con la que Blanca tuvo el más resonante éxito en el teatro.
Su presentación en la escena de su ciudad natal la hizo en plenas fiestas agosteñas en el año 1939, con la renombrada compañía del Teatro Nacional, bajo la dirección del maestro Luis Escobar, representando las obras El Hospital de los locos de José de Valdivieso y El casamiento engañoso de Gonzalo Torrente Ballester. Para las representaciones, que se llevaron a cabo en la Catedral Nueva, se tuvo que verificar el ábside en construcción. La Catedral estuvo abarrotada de público con el firmamento por techumbre, bajo unas noches apacibles, al claror de la luna que la floresta vecina dejaba introducirse con intermitencias en la escena, estas representaciones constituyeron un éxito rotundo tanto por el enclave escénico como por las excelentes representaciones de la compañía.
En Vitoria actuó por última vez en el año 1954 coincidiendo con las fiestas de la coronación de la Virgen Blanca. Con la compañía de Luis Prendes se presentó la obra titulada Andrés de Urdaneta, que se ofreció en la caja escénica del Teatro Principal el 15 de octubre del mencionado año. La actriz vitoriana en esta ocasión vino expresamente con la mencionada compañía para colaborar con carácter benéfico con motivo de la coronación de la excelsa patrona de su ciudad.
Simultaneó con la escena la realización de diversas películas despertando cierto eco igualmente en el medio cinematográfico, hasta el punto de convertirla en una de las estrellas más importantes del cine español de la postguerra.
Su debut en el cine lo hizo en Italia en el año 1939, en la película Frente de Madrid, a las ordenes de Edgar Neville. En el mismo año intervino en el documental de Manuel García Viñoles Boda en Castilla, premiado en el Festival de Venecia, donde recitó un poema. En 1940 ya en Madrid aparece en la película Flora y Mariana de José Buchs. En 1941 intervino en las películas Raza de José Luis Sáenz de Heredia y Su hermano y él de Luis Marquina. En 1942 interpreta Éramos siete a la mesa, de Florián Rey e Intriga, de Antonio Román. En 1943, trabajó en Orosia, de Florián Rey, Castillos de Naipes, de Jerónimo Mihura y La casa de la lluvia, de Antonio Román. En 1946 protagonizó Mariona Rebull de José Luis Sáez de Heredia, obteniendo así el mayor de sus éxitos personales y profesionales. En 1948 filmó En un rincón de España , de Jerónimo Mihura, la primera superproducción en color nacional. En el mismo año intervinó en El duende y el rey, de Alejandro Perla y Sin uniforme, de Ladislao Vadja. En 1952 estuvo en la cinta 50 años de Real Madrid, de Rafael Gil.
Pese a sus grandes éxitos en la pantalla, Blanca, paradójicamente, entró en una fase de recesión, por la cual a finales de la década de los 50, la actriz tomó la decisión de retirarse de la profesión cinematográfica. Una determinación que mantuvo tajantemente, con la salvedad de unos papeles de colaboración desempeñando en los años 60 en ¡Hola Robinson¡, de Jack Pinoteau, y en Sábado en la playa, de Esteban Farre.
En su dilatada carrera, demostró un inmenso talento en el género de la comedia y el drama, recibió numerosos premios a lo largo de su trayectoria por sus excelentes interpretaciones en los campos culturales del teatro y el cine.
Blanca ha sido una mujer de natural sencillo, afable, bondadoso y de una exquisita sensibilidad, ha gustado siempre de la tranquilidad de la vida hogareña, estos valores humanos que poseía la vitoriana hizo que fuera muy querida y admirada en los escenarios y fuera de ellos.
Contrajo matrimonio en Madrid el día 20 de abril de 1941 con el austriaco Maz de Kettensburg Berks. Fruto de este matrimonio tuvo un hijo varón, residiendo en Segovia hasta su fallecimiento el día 13 de septiembre del 2002.
Vitoria está en deuda con nuestra recordada paisana Blanca de Silos López de la Calle, bien merece que se le nombrase una plaza, avenida o calle.