La primera semana de filmación de Rey gitano, película que dirige Juanma Bajo Ulloa, ha servido para que el programa Rioja Alavesa de Plató, impulsado por la Cuadrilla y la Ruta del Vino de Rioja Alavesa, se consolide como una realidad. Desde hace meses se venía trabajando para que el realizador y su equipo se animasen a trabajar en los numerosos espacios que ofrece la zona. Finalmente cuajó esta oportunidad y personajes como Pilar Bardem, Karra Elejalde, Manuel Manquiña, Arturo Valls o Albert Plá, entre otros, han estado trabajando desde el pasado lunes en varios puntos de la comarca, especialmente en el complejo enoturistico Pagos de Leza, aunque el jueves por la noche hicieron una pausa para presentarse en rueda de prensa en el Hotel Villa de Laguardia, alojamiento y cuartel de operaciones de la organización.

De los pocos datos que se han facilitado de la película, Bajo Ulloa sí pudo contar que el guión estuvo inspirado y pensado para Elejalde y Manquiña, dos detectives sin casos que tienen una tienda y en las traseras del local se dedican a elucubrar sobre tramas y sucesos.

Pero en la fase de rodaje en Rioja Alavesa ha habido muchas más personas que las caras conocidas de los actores mencionados. El productor, Dylan Moreno, contaba que entre los figurantes que se contrataron en Rioja Alavesa durante esta semana han estado implicadas unas 90 personas, algunas de las cuales continuarán en la segunda parte de la filmación, que arranca hoy en Vitoria. El productor también destacaba el papel desempeñado por la empresa de la comarca, Sasazu, que dirige César Sáenz de Samaniego, especialmente en la búsqueda de localizaciones.

Para eliminar los tópicos que siempre se producen sobre las rarezas de los actores, Moreno contaba que “no ha habido ninguna cosa extraña de ningún tipo. Todo el mundo ha comido lo mismo y con la misma gente todos los días, ya que estábamos repartidos en tres hoteles. Somos unos privilegiados por poder contar con unos actores tan humildes”. Arturo Valls, galán y personaje televisivo donde los haya, matizaba “lo complicado que ha sido para mantener la línea, exigencia del personaje que tiene que estar delgado. Éste no es el mejor sitio para cuidarse con lo bien que se come en Rioja Alavesa y qué bien se bebe”. Valls contaba que acudir a esta comarca había supuesto “una carga de energía; te llena de gozo y te da la calma que no te da el cemento, el ruido o los coches. Ver los viñedos y el paisaje es una maravilla. Este exceso de naturaleza me llena muchísimo”, contaba.

Por su parte, Bajo Ulloa, volvía a sus raíces, a su tierra, al lugar donde, incluso, llegó a vendimiar. “Esta es la tierra, el lugar donde tengo amigos, porque venía aquí, a Elciego, algunos veranos y en estas tierras he vendimiado, aquí conocí el amor, conocí las drogas, el alcohol, conocí los vicios (se reía), conocí las lugareñas, la flora, la fauna y pasé momentos memorables”.

Nacido en Vitoria pero muy vinculado a Rioja Alavesa, “siempre tuve ganas de venir aquí a rodar, al menos algunas escenas de la película. Así que volver ha sido un reencuentro, con paisajes, con personas, con sabores”. Bajo Ulloa reconocía que “es muy duro rodar en Madrid, la gente está harta de rodajes, todo te lo intentan cobrar y aquí ha sido todo lo contrario: todo buena voluntad, con los pocos medios que hemos tenido nos han ofrecido todo lo que tenían y el equipo está emocionado y encantado”. En cuanto a la comida reconocía que “es verdad lo que dice Valls. Aquí ha venido gente que estaba de dieta, pero ha sido imposible seguirla”.

Sobre sus raíces alavesas explicaba que “Vitoria es un sitio al que le he ido sacando más cercanía y valor cuando he estado fuera, porque me ha tocado vivir mucho tiempo lejos. Al principio piensas que es un sitio pequeño donde vivir, donde desarrollarte, pero al final te das cuenta de que es un buen lugar para vivir, que las cosas son sencillas, que la gente es cercana y estoy muy a gusto. Ahora mismo le doy un valor enorme y cuando estoy lejos, pienso en volver”.

El realizador también analizaba el cambio que ha apreciado en la sociedad alavesa y riojanoalavesa opinando que “ha habido una concienciación. Recuerdo que en mi barrio, por ejemplo, había señoras que comentaban con mi madre que no tenían conciencia de que eran vascas. Y de repente la gente ha tomado conciencia de ello. Aquí, en Rioja Alavesa, la gente pertenece a una comarca, a una zona climática, pero también a una zona cultural y política que tiene que ver con una forma de entender las cosas, con amor a la tradición, a la vida, a la cercanía. También a la nobleza, porque los vascos somos gente noble. Creo que todo eso lo ha ido adquiriendo Rioja Alavesa. Cuando tenía 9 años no estaba tan extendido, pero en mi adolescencia eso se proyectó, era cuando se reivindicaba. Ahora ya no hace falta reivindicarlo, porque sencillamente es. Y lo que uno es no tiene que reivindicarlo. No se trata de orgullo sino de dignidad”.

Por su parte, Pilar Bardem destacaba “la simpatía de la gente de Rioja Alavesa y el vino, que ya lo conocía”. Y aconsejaba a la gente a acudir a visitar la comarca, “porque se come bien, se bebe bien, hay un paisaje maravilloso, un clima estupendo y se respira muy bien”.

Organizaciones de Rioja Alavesa como la propia Cuadrilla, ABRA, Sasazu, y la Ruta del Vino de Rioja Alavesa, así como la bodega Pagos de Leza, han apoyado el proyecto aportando en unos casos financiación, cien mil euros, y en otros localizaciones, escenarios, apoyo logístico, recursos materiales e inmateriales y permisos, entre otros. Todo ello con el fin de facilitar y aligerar las labores de producción de Rey Gitano. Asimismo, el pasado fin de semana se realizó un casting local para seleccionar figurantes y extras de la comarca y alrededores, algunos de los cuales seguirán colaborando en Vitoria.

Entre los personajes destacados por el equipo estaba Juan Manuel Lavín, presidente de la Ruta del Vino de Rioja Alavesa y gerente del Hotel Villa de Laguardia, a quien todos agradecieron las facilidades dadas estos días, así como el esfuerzo realizado estos meses pasados para poder traer la filmación de la película. El agradecimiento llegó hasta el punto de que, en broma, fue nombrado por Bajo Ulloa, como el “gobernador de Rioja Alavesa”.