es una de las galas más esperadas del año. Acude todo el que es alguien en la moda.

Y las grandes casas de moda se pegan de tortas por vestir a las invitadas. Es en el museo Metropolitan neoyorquino y se hace para inaugurar una exposición relacionada con la moda.

Este año le ha tocado el turno al diseñador americano Charles James, famoso por sus súper vestidos. No es realmente una norma escrita, pero se trata de que las invitadas se inspiren en el diseñador al que se rinde homenaje? y esta vez lo hicieron.

Lo cierto es que esta gala anual del Metropolitan es, en esencia, los Oscars de la moda. La primera responsable, Diana Vreeland, catapultó el evento a cita imprescindible con la exposición El Mundo de Balenciaga en 1973 y, gracias a Anna Wintour, el suceso más esperado del año cobró dimensiones colosales recurriendo a la presencia de las celebrities y los insiders de la industria más apreciados.

Por si hay alguna duda de que la fiesta del Metropolitan es una las alfombras rojas más importantes de la temporada, solo hay que ver la lista de invitado, entre los que estaban Anna Wintour, Sarah Jessica Parker, Lupita Nyong'o, Victoria Beckham, Kim Kardashian, Beyoncé o Bradley Cooper.

Aunque fue más conocido dentro de las fronteras estadounidenses (fue descrito como el primer modista americano) Charles James (1906-1978) presentó su primera colección en Londres en 1929, y fue el único que llegó a triunfar al otro lado del Atlántico con sus majestuosos vestidos en París.

En sus primeros años de estudiante conoció a Cecil Beaton (que se convertiría en mentor e íntimo amigo) y, tras estudiar arquitectura y periodismo, se trasladó a Nueva York donde abrió su primer atelier de sombreros hasta que se zambulló en la costura, durante los años 20.

Enseguida se hizo famoso entre actrices, cantantes y alta sociedad neoyorquina por sus impresionantes vestidos de noche, de arquitectura singular y que podían llegar a pesar más de 10 kilos.