Hace una semana que la Escuela de Artes y Oficios abrió el programa expositivo de un 2014 en el que el centro cumple 240 años de historia. Pero como suele suceder en otras ocasiones por estas fechas, el espacio abandona por un momento su sede a lo largo de este corto mes para abrir otra muestra en la sala Luis de Ajuria. Fotografía y vídeo se unen en Afrodita now, un recorrido visual por los sentidos que permanecerá abierto hasta el próximo 1 de marzo.
La sexualidad, el placer, el erotismo, el contacto... son cuestiones que a muchos les cuesta tratar en público. Las barreras morales, los tópicos, el desconocimiento y en algunos casos la falta de aceptación hacia lo que es y siente uno mismo, hacen que la mirada prefiera torcerse. A esa mentalidad se une uno tiempos difíciles como los actuales, en los que la crisis económica y los momentos de complicación que atraviesa la gran mayoría de los ciudadanos hacen que lo relacionado con la intimidad quede relegado, impedido, olvidado.
Ante eso, para intentar dar la vuelta al pesimismo generalizado, los profesores Juan Arrosagaray, Koldo Mendaza y Piko Zulueta han propuesto a los alumnos de fotografía, vídeo y proyectos de Artes y Oficios componer una exposición "que nos trajese algo de diversión" y, por supuesto, placer. Unos 50 estudiantes han respondido al reto y así se presentan en Luis de Ajuria nueve piezas audiovisuales y 49 instantáneas, todo ello distribuido entre ramas desnudas que toman la sala del suelo al techo.
Además, la escuela ha contado con la colaboración del centro sexológico Emaize, que en este 2014 cumple 20 años de andadura, para acompañar el proyecto y darle otra dimensión durante las pocas semanas que va a durar la muestra. En este sentido, los jueves 13, 20 y 27, a partir de las 19.00 horas y con aforo limitado, se van a producir unas charlas un tanto especiales en el propio recinto de la calle General Álava. De manera lúdica y a través del juego a los asistentes se les planteará un acercamiento a la temática de la muestra. Se trata, al fin y al cabo, de hablar y compartir. "Las personas no tenemos que pensar en lo que debemos sentir, sino en lo que queremos", explicaron ayer desde este espacio en la presentación de la exposición, al tiempo que lamentaron que en el contexto actual "la erótica nos parece que es lo último".
Lo explícito, lo sugerido, lo poético, lo invisible, lo provocativo, lo insinuante... toma las paredes de Luis de Ajuria a través de imágenes de un formato reducido, instantáneas que establecen un recorrido que empieza o termina, según se mire, en un espacio donde lo audiovisual pide paso frente a varias sillas ahora vacías que esperan a lo largo de este mes al público.
El sexo o el placer, así dichos, no dejan de ser conceptos genéricos que pueden traducirse en distintos puntos de vista, reflexiones, miradas. Para acortar Afrodita now, la intención de Artes y Oficios con respecto a sus estudiantes ha pasado por centrarse en la intimidad, "en aquello que todo el mundo vive", describió Arrosagaray. Aún así, a pesar de ese cierto límite, la variedad es la tónica general del proyecto.
El trabajo del medio centenar de creadores ha sido arduo y a la vez placentero, una labor donde cada uno se ha buscado a sus propios modelos, "amigos y familiares que por suerte todavía les siguen hablando", bromearon los profesores. Y aunque parece algo anecdótico, lo cierto es que a vergüenza es una barrera no siempre fácil de superar por mucho que se esté tomando parte en la elaboración de una pieza artística. Al fin y al cabo, tanto los autores como sus figurantes se desnudan en muchos sentidos a través de esta propuesta y no siempre lo físico es lo más complicado. Más bien al contrario.
Desde la ironía, la reivindicación, el juego, el divertimento, la denuncia... son varias las ópticas que se utilizan a lo largo de una exposición que lleva a la escuela fuera de su sede antes de que, dentro de una semana, Artes y Oficios vuelva a reclamar la atención del público. Lo hará de la mano de El tercer jinete, de Alfons Rodríguez, que se instalará en el paraninfo, mientras en los espacios expositivos del centro también llaman a los espectadores las instantáneas de María Uriarte, que están visibles desde hace ya varios días. No hay duda de que el objetivo manda en el arranque de este 240 aniversario que, ahora, tiene tiempo incluso para dejarse llevar por los placeres de la carne.