En tiempos de crisis, mejor bailar en lugar de preocuparse. Así parecen haber pensado desde la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación de Estados Unidos, responsable de los premios Grammy. En su 56ª edición, celebrada la pasada madrugada en el Staples Center de Los Ángeles, la suerte de su éxito Get lucky sonrió al dúo francés Daft Punk, que acaparó cinco galardones y oscureció al favorito, Jay Z, que optaba a nueve. El baile robótico de los galos y el hip hop del dúo Maclemore & Ryan Lewis, que logró cuatro Grammy, protagonizaron una gala en la que también resultaron premiados Led Zeppelin, Beatles, Black Sabbath, Rihanna e Imagine Dragons.
Si Guy-Manuel de Hommen-Christo y Thomas Bangalter sonrieron tras sus cascos de robots es algo que ni los asistentes a la gala en directo, ni los millones de personas que la vieron por televisión, pudieron advertir. Eso sí, los integrantes de Daft Punk sí levantaron y mostraron (orgullosos) sus cuatro Grammy, cinco si sumamos el de carácter técnico concedido a sus ingenieros de sonido. No en vano, su regreso en 2013, Random access memories, fue uno de los discos más bailados y vendidos el año pasado.
El disco triunfador en los Grammy del dúo, que contribuyó a asentar un mercado dance marcado por la electrónica y el uso de samplers y vocoders que añadían matices robóticos a la voz humana, sigue ligado a la pista de baile pero con una apuesta más orgánica, con instrumentos reales y mecida por el funk retrodisco de los 70 y primeros 80 (Chic, más algo de jazz) en éxitos como Get lucky y Lose yourself to dance. Con el apoyo de colaboradores como Giorgio Moroder, Nile Rodgers, Pharrell Williams, Panda Bear o Julian Casablancas (The Strokes), Daft Punk se han hecho con los Grammy a Mejor Álbum del Año, Mejor Grabación, Mejor Disco de Música Electrónica y Mejor Actuación Pop de un Dúo o Grupo.
Tras Daft Punk, que hicieron bailar a todo el Staples Center con el apoyo de Stevie Wonder y la canción Get lucky, los triunfadores de la velada fueron el dúo de hip hop Macklemore & Ryan Lewis, pareja de blancos que logró cuatro Grammys, los principales, incluidos los de Mejor Disco y Mejor Canción, en el apartado de rap, por su elegante disco The heist y su canción Thrift shop, respectivamente. También Pharrel Williams logró cuatro Grammy, tres por su trabajo con Daft Punk y un cuarto como mejor productor del año.
Jaz Z, que actúo junto a su pareja Beyoncé, fue uno de los perdedores de la velada, ya que optaba a 9 premios y logró el de premio a Mejor Colaboración de rap por Holy Grail y Mejor Videoclip. La joven Lorde consiguió dos galardones, entre ellos el ansiado de Mejor Canción del Año, por su popero Royals, mientras que Rihanna consiguió el suyo al Mejor Album Contemporáneo por Unapologetic, disco que presentó en directo en BEC.
...nunca mueren En el apartado de rock, el Grammy al Mejor Album recayó en Led Zeppelin, por el disco en vivo grabado en su reaparición puntual, titulado Celebration day, mientras que la Mejor Canción Rock fue a parar a la colaboración de Dave Grohl, Paul McCartney, Pat Smear y Krist Novoselic (Nirvana) en Cut me some slack. Vampiere Weekend lo consiguió en el apartado de Música Alternativa por Modern vampires of the city, trabajo que sonó el verano pasado en el Bilbao BBK Live. Un grupo que visitará Kobetamendi este año, Imagine Dragons, logró el premio a la Mejor Interpretación Rock por Radioactive. Finalmente, los veteranos Black Sabbath se llevaron el Grammy a la Mejor Interpretación de Metal por God is death?, de su disco trece.
También protagonizaron esta edición, que duró algo más de tres horas y media, la cantante y pianista Alicia Keys, que se llevó a casa el Grammy al Mejor Álbum de R&B por Girls on fire; Bruno Mars, que ganó el gramófono dorado de Mejor Album de Pop Vocal con su Unorthodox Jukebox; y la por aquí bastante desconocida Kacey Musgraves, que le arrebató el premio al Mejor Album Country a la jovencita Taylor Swift con su disco Same trailer different park, y que logró también el de Mejor Canción Country por Merry go round.
actuaciones En una gala en la que se echó en falta a la controvertida Miley Cyrus, una de las innegables triunfadoras pop de 2013, Macklemore & Ryan Lewis protagonizaron junto con Madonna uno de los momentos más emotivos de la ceremonia cuando interpretaron su éxito Same love mientras que varias decenas de parejas del mismo sexo se daban el "sí quiero" en directo, en el patio de butacas, con la cantante y actriz Queen Latifah como oficiante. Además, McCartney y Ringo Starr, los dos miembros supervivientes de The Beatles (lograron un Grammy a su carrera), volvieron a actuar juntos cuatro años después para interpretar Queenie eye.
También hubo un recuerdo emotivo para el recientemente fallecido Lou Reed, protagonizado por Jared Leto (Thirty Seconds to Mars) y Metallica, que interpretaron One. Al otro lado de la balanza, Pink ofreció un número circense y acrobático mientras cantaba Try, Beyoncé se puso sexy y los veteranos Willie Nelson, Merle Haggard, Kris Kristofferson y Blake Shelton pusieron saber hacer y humor en una ceremonia en la que dieron que hablar también los vestidos con transparencias de Paris Hilton y Kate Perry.