Madrid. Es ya diciembre y varias de las famosas del grupo del baby boom están en el sprint final de su embarazo. Aunque no se sabe la fecha concreta, se conoce que las que más cerca están de conocer a sus pequeños o pequeñas son la princesa de Mónaco y la popular periodista Sara Carbonero. Ambas tienen en común que no han desvelado el sexo del bebé y que están disfrutando con impaciencia ya de los últimos instantes de embarazo. Carlota Casiraghi ya se encuentra en el hospital Princesse Grace, en honor a su abuela Grace Kelly. Según publicaba ayer un medio de comunicación, el doctor Alain Treisser, jefe de servicio de maternidad de dicho hospital, ha confirmado que la suite en la que está instalada la princesa está reservada para diez días, en la que no falta la cuna para el que será el primer hijo de Carlota.

La suite está compuesta de todo lujo de detalles: con 60 metros cuadrados, sala de estar con sofá y una televisión de pantalla plana. La habitación en la que se encuentra es digna de la realeza. La princesa ha estado guardando reposo desde el 4 de octubre, cuando se pudo ver su última aparición en público.

Por el contrario, Sara Carbonero no ha dejado de trabajar en ningún momento. Las alarmas saltaron cuando la presentadora se ausentó durante dos días, lo que hizo que muchos pensaran que se había puesto de parto, sin embargo, resulto ser una "gran falsa alarma", ya que lo único que le pasaba a la novia de Iker Casillas es que había cogido un constipado que según la propia Sara en su blog: "estaba tardando este año". Aunque no deja de lado su trabajo, la presentadora no escatima en cuidados a la hora de afrontar la recta final de su embarazo. Según un medio de comunicación, Sara se somete todas las semanas a un masaje de drenaje linfático en las piernas, para que soporten mejor el peso y que la retención de líquidos sea más soportable.

Y es que cuando el parto es inminente, todo cuidado es poco para que tanto la madre como el bebé pasen este proceso de la manera más cómoda posible. Cada mamá ha decidido pasar de forma distinta esta recta final, que será igualmente esperada por ambas con mucha ilusión.