Vitoria. Rock of ages, disco de The Band, es considerado, en competencia directa con Live at Leeds, de The Who, como uno de los mejores discos de rock de la historia. Más de cuatro décadas después de su grabación, salen ahora a la luz ampliadas aquellas grabaciones que el grupo canadiense realizó a finales de 1971, en la Academia de Música de Nueva York. Son cuatro CDs y un DVD que muestran a The Band en su mejor momento, con el respaldo de Dylan y convirtiendo en leyenda un repertorio inspirador para músicos posteriores, como reconocen My Morning Jacket o Mumford & Sons.
The Band cerraron el año 1971 con una serie de conciertos en la Academy of Music de Nueva York, entre el 28 y 31 de diciembre. En 1972 se publicó el álbum doble Rock of ages, que contenía una selección de grabaciones de los conciertos. Ahora se ha editado una caja de cuatro CDs y un DVD -dos CDs en su versión reducida- que contiene una selección de aquellos recitales y el concierto íntegro del día 31, en el que Bob Dylan se unió a The Band para interpretar cuatro canciones.
La edición se completa con un DVD, un libro con fotografías inéditas y un jugoso mini ensayo de Robbie Robertson, en el que asegura: "La presencia cercana de Bobby Charles, Dr. John y Doc Pomus hizo que tocáramos mejor".
El guitarrista de The Band se deshace en elogios hacia sus compañeros al resaltar la técnica, el sonido de Garth Hudson y su "ilimitada" capacidad de improvisación; que Rick Danko cantaba "como un pájaro" mientras tocaba el bajo de forma nada convencional; que Richard Manuel cantaba y tocaba teclados "tan bien como siempre"; y que Levon Helm era "una fuerza natural" que conducía hacia la magia al resto y que "tocó la batería y cantó con el corazón en estos conciertos", según Robertson, que confiesa que todos ellos le permitieron "interpretar con libertad cualquier cosa" que le pareciera buena.
The Band es considerado como uno de los mejores grupos de rock de la historia y su legado sigue vivo, como confirman los exitosos Mumford & Sons. "Rock of ages es un directo increíble de uno de los grupos más importantes del siglo XX. El grupo ha tenido una increíble influencia en tantos músicos, incluidos nosotros, y estos CDs rescatan su rabioso y verdadero sonido. Es como una historia desde el comienzo al final y los arreglos de metales son algo especial, como la histórica aparición de Dylan", explica el grupo británico.
Por su parte, Jim James, de My Morning Jacket, indica que los canadienses eran "gente real, personas viviendo la vida real y creando música verdadera". En opinión del autor de Z y Circuital, The Band "seguirán sonado para siempre, inspirando a generaciones futuras y manteniendo la fe en la música pura y en directo".
El quinteto canadiense incorporó para aquellos conciertos una sección de metales. Ya la habían usado en sus inicios, antes de acompañar a Dylan, cuando fue la banda de acompañamiento de Ronie Hawkins; "estaba en nuestro ADN", justifica Robertson, el único superviviente del grupo junto a Hudson. Los metales añaden swing y ecos de la música negra de New Orleans a temas como Rag mama rag o The W. S. Walcott Medicine show. Y no les resultó fácil grabarlos, ya que otro músico legendario, Allen Toussaint, el encargado de sus arreglos, los perdió en el viaje y apenas tuvo el tiempo suficiente para trabajar en ellos de nuevo mientras padecía una terrible infección de oídos.
Retazos de soul Los discos ofrecen una mezcla de blues, folk, country y rock, con retazos de teclas soul, en sentidas baladas como Caledonia Mission y Unfaithful servant, piezas bailables como su versión de Don't do it (Marvin Gaye) y cortes eléctricos como Time to kill, además de curiosidades como la inédita y alegre Get up Jake. Aquellos conciertos contaron con la presencia de Dylan -a quien se escucha "con entusiasmo y naturalidad"- y sus canciones. Suena terriblemente emotiva I shall be released y compartida con el público Like a rolling stone, con un piano que casi habla, mientras que a When I paint my masterpiece le cuesta arrancar. Sonaron junto a un rosario de clásicos de la banda como Up on the Cripple Creek, Across the great divide, This wheel's on fire, The night they drove old dixie down o el imperecedero The weight, uno de los clásicos rock de todos los tiempos gracias a esas armonías vocales angelicales de su estribillo. Un documento tan histórico como emotivo.