Testigos de guerras, competiciones deportivas, singularidades de la naturaleza, momentos vitales... son miles los fotógrafos profesionales que a lo largo y ancho del mundo dedican su trabajo diario a captar su visión de la tierra y lo que en ella acontece para comunicarla a todo aquel que se asome a su hacer desde los medios de comunicación tradicionales y también desde las nuevas redes sociales. Es una labor casi nunca bien reconocida, ni en lo económico ni en lo social, aunque citas como el World Press Photo (WPP), el concurso internacional más importante, suponen un espaldarazo muy relevante para los premiados pero también para el fotoperiodismo en general. Y desde hace once años, el certamen tiene parada obligada en Vitoria, un viaje que desde ayer y hasta el próximo 13 de noviembre vuelve a repetirse para mostrar lo mejor de la competición en 2012.

Después de pasar por diferentes emplazamientos en la capital alavesa, la exposición regresa al antiguo Depósito de Aguas ubicado en el centro cultural Montehermoso, donde ya estuvo en 2005, para mostrar las 154 imágenes premiadas en la última edición del concurso en las nueve secciones que lo componen, creaciones de 54 fotógrafos de 33 nacionalidades.

Y como siempre pasa en este certamen, son los trabajos relacionados con los conflictos bélicos, políticos, sociales y económicos los que copan buena parte de esta selección galardonada, empezando por la fotografía ganadora, realizada por Paul Hansen y conocida como El entierro de Gaza, y siguiendo por la guerra civil en Siria, sin olvidar otras situaciones límite como la pobreza, la persecución hacia los homosexuales, el negocio de la droga... Son miradas personales a una realidad tan común y cotidiana que a veces ya ni impacta.

No hay que olvidar, eso sí, que WPP incluye también imágenes, si se quiere ver así, más amables relacionadas, por ejemplo, con el deporte (máxime teniendo en cuenta que en 2012 hubo Juegos Olímpicos, lo cual tiene su incidencia en la exposición), aunque detrás de no pocas obras también se pueden rastrear huellas no tan positivas.

De hecho, y ésta es una de las grandes novedades de esta undécima visita del certamen a la capital alavesa, cada panel distribuido por el Depósito, además de incluir un texto explicativo en castellano y euskera de cada foto, cuenta con una referencia para usar la aplicación de móvil que ha desarrollado WPP al objeto de ofrecer información pormenorizada y específica de las imágenes y sus autores.

Al fin y al cabo, los tiempos van avanzando y la utilización de los nuevos dispositivos tecnológicos también se está introduciendo en los certámenes para profesionales, incluyendo el más importante y veterano del mundo, es decir, el que ahora visita Gasteiz. Es más, el concurso ya ha realizado menciones especiales para algunas fotografías tomadas, por ejemplo, con móviles por la importancia del momento que retratan, como explica Micha Bruinvels, coordinador de fotografía y multimedia de WPP.

A la espera de ver cómo evolucionará el fotoperiodismo en el futuro, un camino en el que el certamen seguirá teniendo un papel específico, lo que por ahora ocupa a organizadores y público es su reencuentro en la capital alavesa, uno de los tres que se van a producir en el Estado. Y es que la crisis ha hecho que sólo Vitoria, Madrid y Barcelona puedan afrontar el coste que supone contar con las mejores imágenes informativas del mundo.

Claro que aquí se conocen bien los efectos de los ajustes puesto que tampoco este año se podrá celebrar la muestra de fotoperiodismo Periscopio, nacida a raíz de las visitas anuales de WPP. La cita sigue esperando a que la invernación del dinero público termine, salvo en el caso del Ayuntamiento, que, al fin y al cabo, es el que financia la exposición que ahora se abre en Montehermoso.