¿Cómo reaccionó cuando su hijo Natxo le dijo que había montado un grupo?
Eran unos chavales muy inquietos y estaban un poco... Revolucionados, así que yo mientras estuviese entretenido con algo ya estaba contenta. Cuando me lo dijo me extrañó porque él nunca había tocado ningún instrumento ni nada, pero empezaron a ensayar, luego a tocar en algún bar, y la cosa empezó a funcionar.
Usted ejerció de la labor de manager improvisada de Cicatriz en sus inicios, si no me equivoco.
Lo que ocurrió es que ellos empezaron a tocar en los pueblos, pero iban allí y luego no les pagaban lo que les habían prometido, o directamente no les pagaban. Como el único teléfono que tenía la gente para contactar con ellos era el de mi casa me puse a negociar con cada pueblo que quería contratarles: o les pagaban la mitad del dinero por adelantado o no tocaban.
¿Iba a los conciertos de la banda?
Tati: Sí, iba siempre que tocaban en Vitoria, pero tenía ocho hijos, Natxo era el mayor, y mi vida estaba centrada en cuidarlos. Recuerdo que en el primero al que fui, en el polideportivo de Landazuri, me emocionó ver que mi hijo hacía algo que se salía de lo normal, algo que no hacían otros en aquella época.
Gaizka: De todas formas mi hermano no se cortaba nada aunque mi madre estuviera allí. Si se la tenía que sacar, se la sacaba (risas) Eso sí, en todos los conciertos siempre le dedicaba una canción a mi madre. De hecho se tiraba un montón de tiempo hablando sobre ella entre las canciones y la gente le gritaba que cortara ya el rollo y se pusiera a cantar.
¿De dónde le venía a Natxo su inquietud musical?
Gaizka: Natxo era muy melómano. Tenía muchos discos y le gustaba todo tipo de música. Después de su accidente salía también a bailar por ahí salsa y bachata. En realidad creo que a Natxo le gustaba más el rock que el punk, incluso tirando al heavy, pero al principio se decantaron por el punk porque era lo que más sonaba. Curiosamente, él poco antes de morir ya decía que lo que iba a pegar fuerte sería el hip hop, que era el tipo de música que heredaba un poco el mensaje de lo que había sido el punk.
Cuentan los que le conocieron que Natxo era una persona muy carismática, tanto dentro como fuera del escenario.
Gaizka: Creo que una de las mejores cosas que tenía mi hermano era que conectaba mucho con la gente. Tuvo broncas, es verdad, como un día que fue a Logroño y tuvo que salir corriendo porque le querían matar todos los heavys (risas). Era un poco chinchón. De todas formas él daba una imagen que no se correspondía con la realidad. Daba una imagen de duro, pero era muy buena persona. Muy generoso. A mí me enseñó que la familia siempre es lo primero y a cuidarnos entre nosotros. También me mostró lo que era la calle y la vida. Lo que más me dice la gente que le conocía es que Natxo era una persona especial.
Hoy en día, 17 años después de su muerte, todavía se ve a muchos chavales con una camiseta de Cicatriz o con una con la imagen de Natxo.
Tati: A mí eso es de las cosas que más me emocionan, la verdad, que después de tantos años se le siga recordando.
Gaizka: Que a la juventud de hoy en día les guste los Zika es algo que te llena un montón. Yo me parezco mucho a mi hermano y me paran por la calle, incluso chicos y chicas muy jóvenes, para decirme que les encantan los Zika.
¿Por qué creen que a las nuevas generaciones les sigue atrayendo la música y la actitud de Natxo y Cicatriz?
Gaizka: Marcaron una época que ya no está y que nunca se va a volver a repetir. Ahora hay grupos que son un millón de veces mejor, pero no tienen ese espíritu que tenían ellos.
Tati: Natxo tenía mucho carisma y dejaba huella en la gente que le conocía. Muchos amigos suyos todavía me siguen llamando a casa para preguntar qué tal estamos.
Pero también se sintió un poco defraudado cuando sufrió el accidente y pasó casi dos años de hospital en hospital.
Gaizka: Cuando estaba bien todo el mundo quería estar con él. El éxito del grupo le llevó a tener mucho dinero y dilapidó muchísimo. Iba a los Sanfermines con veinte personas y lo pagaba todo él, pero luego cuando tuvo el accidente fueron a verle cuatro y él decía joder, qué pasa con todos los amigos que tengo por ahí.
Su forma de vida marcó demasiado su música, para bien y para mal.
Gaizka: A veces me venía gente a hablar conmigo y a decirme que eran amiguísimos de Natxo, y luego iba a preguntarle y no tenía ni idea de quiénes eran. A Natxo le gustaba mucho la fiesta, es cierto. Recuerdo que cuando yo tenía trece años iba a las mañanas a pedirle la paga al Prada y cosas así, o cuando ibas a su casa se escuchaba música desde la calle, subías y había treinta personas en casa.
Tati: Luego venían todos de gaupasa a casa a las once de la mañana a comer alubias.
'Lola', 'Botes de humo', 'Enemigo Público'... ¿Cuál era la canción que más le gustaba cantar a Natxo?
Tati: El Quebrao, la versión que hizo de una bachata que escuchó cuando se fue de viaje a Colombia.
Gaizka: Es la canción con la que más se identificaba, porque habla de cuando la gente va contigo por interés. Era su canción favorita, y eso que no era de él.