Toledo. El recorrido por los más de cien vehículos clásicos del Museo de coches de cine de Yuncos (Toledo), propiedad del coleccionista Vicente Pavía, permite a sus visitantes rememorar escenas del cine español como las persecuciones de El Pera en Volando Voy o las escenas circenses de Balada Triste de Trompeta.
Hace más de 25 años que Pavía comenzó su colección de coches antiguos, pero no fue hasta 1998, cuando ya tenía alrededor de 150 vehículos, cuando decidió fundar junto a sus hijos una empresa de alquiler de coches para productoras cinematográficas y publicitarias. En 2003, se instalaron en el municipio de Yuncos, muy próximo a Madrid, donde adquirió una nave que había sido una antigua granja y decidió que "crear un museo era una buena forma de sacar más partido a los coches".
El museo, que se abrió hace dos semanas, alberga 110 coches de los 200 que pertenecen a su colección privada, y excepto dos modelos, el Citroën Kegresse que utilizó Alfonso XIII para ir de caza y otro que sirvió a la duquesa de Montpensier, el resto han aparecido en películas como Volver, Miel de naranjas, Noche de Reyes o El espinazo del Diablo.
"La mayor parte de los coches los compramos nosotros porque nos gustan y después aparecen en las producciones", explicó Vicente. Sin embargo, al ampliar el negocio y crecer los encargos, comenzaron a comprar coches basándose en unas características predeterminadas que les encargaban, como la furgoneta Ebro F 108 que usaron Carlos Areces y Antonio de la Torre en Balada Triste de Trompeta, o el Austin Healey BJ8 de 6 cilindros que conduce el Super de Mortadelo y Filemón.
Según detalla, el trabajo con los coches es laborioso, ya que en muchas ocasiones requieren cambios de color, retocar pequeños detalles o incluso disfrazar por completo los vehículos para convertir un turismo de uso común en un coche de policía ruso de los años 60.
"A mi hijo Vicente lo han tiroteado ya tres o cuatro veces", comentó Pavía para explicar que en la mayoría de las películas son él o sus hijos quienes conducen los coches bien como figurantes, como en Blancanieves, en la que conduce su hijo Javier, o en pequeños papeles, caso de su hijo Vicente en el papel de chófer Saturnino, en la serie La República.