Peter Nadermann rodará en Baztan la película basada en 'El guardián invisible'

Durante su viaje relámpago a Elizondo, Nadermann visitó el Infernuko Errota y su paseo, comió en una borda, conoció la presa y el puente de Txokoto, el cementerio y los espacios que en la novela hacen las veces del obrador familiar y de la casa de Víctor, además de callejear y descubrir rincones que "le han encantado", tal y como explica Anna Soler-Pont, responsable de Pontas Literary & Film Agency y agente de Dolores Redondo. Tanto Soler como la escritora acompañaron al productor en su recorrido y están muy satisfechas con el encuentro. "Muchas de las personas que leen El guardián invisible sienten la necesidad de venir a los escenarios reales; él no ha sido una excepción, y más teniendo en cuenta que compró los derechos para la película y el proyecto ya está muy avanzado", apunta Redondo, muy contenta de haber conocido a Nadermann en persona después de meses de contacto vía e-mail. "Me ha parecido una persona encantadora, con mucho mundo y muchas cosas que contar", dice la donostiarra afincada en Cintruénigo. Y Soler-Pont corrobora que la sensación ha sido mutua, ya que al productor "le ha gustado conocer a Dolores" y se ha quedado "impresionado" de la cantidad de gente que la paraba por las calles de Elizondo para felicitarle por el libro.

un flechazo Según cuenta la agente, el empresario cinematográfico se sintió seducido por esta historia de crímenes y mitología vasca en un entorno rural "incluso antes de que se publicara la primera novela". "Nos encontramos en Cannes en mayo de 2012 para proponerle llevar al cine a alguno de nuestros autores suecos, pero no le convenía ninguno, así que le conté el proyecto de Dolores, que aun estaba en plena corrección y ya solo con lo que le dije se enganchó", comenta Soler-Pont. "Él hace sobre todo thrillers y este con una mujer fuerte, elementos de la mitología y una investigación policial le fascinó", agrega. Tanto es así, que a su regreso a Barcelona, la agente le hizo llegar las galeradas en castellano y, como ya se había vendido a otros idiomas, "le metí un poco de prisa a la editorial alemana que la había comprado para que le enviase unas páginas en ese idioma". Y fue definitivo. El 25 de octubre del año pasado, cuando aun faltaban un par de meses para publicar el libro -en enero de 2013-, Redondo firmó el contrato de venta de derechos audiovisuales de toda la trilogía a Nadcon Film, la empresa de Nadermann. "La negociación fue rapidísima y en mayo de este año nos volvimos a ver en Cannes para ir cerrando cosas y ya me comentó que quería venir a conocer la zona", visita que finalmente se ha producido esta semana y que, pese a su brevedad, le ha permitido hasta saborear los txantxigorris de Malkorra antes de irse. "Se ha marchado muy satisfecho y convencido de que tiene que rodar en las localizaciones reales porque, según dijo, un sitio tan mágico como Elizondo no se puede falsear".

Es lo que dice Dolores Redondo: "Si ruedan aquí tienen el 80% del trabajo hecho". La escritora también ha disfrutado del encuentro, "y no es lo más habitual", apunta Soler-Pont, "porque muchos autores no entienden que una película ya es otro producto y que no tiene que ser igual que su libro", de ahí que, muchas veces, los productores eviten el encuentro. No ha sido el caso. Es más, la escritora se siente feliz de que Nadermann comparta con ella la visión de que esta no es una historia localista ni costumbrista, aunque suceda en un entorno rural. "En el relato se produce una investigación muy sofisticada con profesionales perfectamente preparados para llevarla a cabo, independientemente de su ubicación", insiste la autora. Y es que, la belleza de este lugar reside en que, aunque parezca aparte del mundo, "se mueve con él".

paso a paso A partir de ahora, el productor tiene que decidir dos cuestiones clave para el proyecto. La primera, elegir al guionista y al director. En este último caso, "está hablando con varias personas, pero aun no hay nada en firme", explica Anna Soler. Hace meses se rumoreaba que, al tratarse de una coproducción internacional, su intención era contar con un realizador español que trabajase en inglés, y no hay tantos... Pero no todavía no se sabe. El segundo paso consistirá en definir los formatos. Es decir, la trilogía podría convertirse en una o varias películas comerciales o en una serie de televisión o en varias, dependiendo de las cadenas y países interesados. "Todo está abierto en ese sentido y es posible incluso que se hagan los largos y luego las series", termina la agente literaria, que se queda con una idea: "Nadermann trabaja en varias propuestas, pero este es su proyecto favorito y prioritario y se va a volcar en él".