La pasada semana se produjo una imagen curiosa en su interior. Las responsables de las áreas de Cultura del Ayuntamiento de Vitoria y la Diputación alavesa posaban para los medios tras la presentación del programa que le servirá a ambas instituciones para celebrar los 200 años de la Batalla de Vitoria tras gastarse unos cuantos miles de euros. Allí estaba sonriente la edil Encina Serrano, entre las paredes de un Montehermoso que ella misma ha dejado en este 2013 como un centro cultural vacío, sin proyecto, sin objetivos, sin actividad propia, sin presupuesto. Y desde el pasado domingo, sin una exposición que ofrecer a nadie.
En otoño, como si el espacio cometiese una locura, acogerá, si los planes no cambian, dos propuestas fotográficas, las correspondientes a Gervasio Sánchez y World Press Photo. La primera está previsto que se sitúe en el claustro, el mismo espacio donde se realizó la exposición de instantáneas de Korrika Kulturala entre finales de febrero y principios de marzo, y la reciente Tetrapack, colectiva protagonizada por las cuatro ganadoras del concurso fotográfico Gazte Klik. Es decir, se ha convertido un espacio que hasta la fecha casi nunca se había utilizado para exponer salvo que el resto del centro no diera para más, en el único punto de referencia para quien quiere enseñar y para el que desea ver.
Mientras tanto, las salas que sí están acondicionadas para realizar muestras (incluyendo el antiguo depósito de aguas) duermen el sueño de los justos puesto que sólo encender la luz es casi pecado mortal. Máxime cuando el Consistorio ni siquiera ha hecho nada para, como se empeñó en vender a finales del año pasado, darle vida al centro vía el alquiler de sus espacios expositivos. Menos mal que otros, como es el caso esta semana de la asociación Geu, se empeñan en que no decaiga por completo la agenda a través de actividades, conferencias o ciclos de cine. Eso sí, todo hecho por terceros.
Todo ello mientras el Ayuntamiento ha dejado dormidas en algún cajón las 200 reclamaciones que a principios de año presentaron ex trabajadores del centro y usuarios pidiendo que Montehermoso resucitase. Misión imposible.