madrid. El coreógrafo Goyo Montero ha esperado a estar seguro de tener una "aproximación distinta" a todas las que se habían hecho hasta ahora del clásico Romeo y Julieta para llevarla al Teatro Real, con toda la Compañía Nacional de Danza sobre el escenario y una versión "acrobática" que toca "la fibra sensible".
Ciñéndose a la trama de la emblemática tragedia amorosa de William Shakespeare, Montero, a quien acaban de renovar por otros cuatro años como director del Ballet de la Ópera de Nuremberg, ha logrado una original puesta en escena de una obra representada en incontables ocasiones en cine, teatro y danza. "Intento beber de muchas fuentes", dijo ayer el coreógrafo en la presentación de la obra en la sede de la CND en Madrid, en la que aseguró que en su versión de Romeo y Julieta el espectador reconocerá en el Real -dónde se representará del 16 al 27 de abril- la técnica clásica "pero también la danza contemporánea". Así, Montero explicó que las peleas se convierten en su dramatización "casi en auténticas luchas", en las que han tenido que trabajar mucho para evitar -sin lograrlo del todo- las lesiones de los bailarines debido a las numerosas acrobacias que realizan en alguno de los actos. "Todo el cuerpo de baile es muy acrobático e intento poner en valor a toda la compañía, no solo a los solistas", dijo el reputado coreógrafo, quien señaló que los bailarines "no solo bailan" sino que se encargan de mover la escenografía.
En su versión, el Premio Nacional de Danza 2011 intenta acercarse a la obra universal de Shakespeare desde una perspectiva personal, al profundizar en la vertiente psicológica de los personajes con la introducción de la figura de Mab, reina de los sueños, destino y muerte. "He convertido a este personaje en narrador; vemos toda la obra a través de sus ojos", apuntó y afirmó que este personaje, que el dramaturgo británico introduce en el monólogo de Mercucio, es uno de los más difíciles de retratar por su "complejidad" y sus "claroscuros", y cuyo monólogo -sin música- ha querido respetar en inglés para mantener su identidad.
Montero, que ha actuado en cuatro ocasiones como bailarín de este clásico, eligió a Marina Jiménez y Aleix Mañé, ambos bailarines de la CND, como sus particulares Julieta y Romeo después de probar a todos los integrantes de la compañía, al considerar que entre ambos existe mucha química y que "transmiten mucho juntos". "Marina aúna la personalidad fuerte que busco para Julieta", indicó. Romeo, en cambio, es un personaje "que se deja llevar; le mueve su intuición, no su mente", y reconoció que "llora" en todos los ensayos conmovido por una obra que "representa la realidad".