Madrid. Aunque todas sus películas transitan zonas de humor insuperables, el Pedro Almodóvar más comediante, el de Mujeres al borde de un ataque de nervios, ha vuelto al cine "más joven, efervescente, predispuesto y divertido" que nunca con Los amantes pasajeros.
Esta definición la aportó ayer uno de sus actores "repetidores", Javier Cámara, protagonista de esta comedia coral que se desarrolla en un avión en pleno vuelo a ninguna parte y que se estrena mañana. "Le he visto efervescente, muy joven, muy predispuesto, participativo y nervioso para que no nos desmadráramos; muy chispeante; de La mala educación o Hable con ella, que eran mucho más serias, a esta, puedo decir que le he visto muy extrovertido", explicó. La comedia cuenta cómo la tripulación de un Airbus que vuela a Cancún decide dormir al pasaje turista tras saber que una avería les alejará de su destino mientras los pasajeros de primera no sólo permanecen despiertos y conscientes del peligro, sino que les acompaña una vidente virgen, capaz de reconocer la muerte cuando la huele. Un argumento en el que muchos han querido ver una metáfora de la España actual, con la clase media adormecida y los dirigentes tomando decisiones a sus espaldas, pero que Cámara y las nuevas "chicas Almodóvar", Carlos Areces y Raúl Arévalo, niegan en una entrevista. "Nunca tuvimos ese referente, estábamos muy alejados de afrontar esta película con connotaciones políticas o sociales, la disfrutamos como una comedia divertida y punto", afirma Cámara. Ellos son los tres azafatos sobre los que recae la responsabilidad de hacer más llevadero el viaje, tres gays disparatados que cantan, bailan, beben, se drogan y comparten sus más íntimos pensamientos con el pasaje.
Joserra (Cámara), traumatizado por un incidente del pasado, no puede mentir (como Chus Lampreave en Mujeres...); Fajas (Areces) reza para que sus compañeros dejen los vicios, y Ulloa (Arévalo) es la "marica mala". Almodóvar, ironiza Cámara, "se asustó al ver cómo se estaba desarrollando este monstruo de tres cabezas y decidió cortar toda pluma, toda exageración y toda barrabasada". Para componer a estas tres "locas", Arévalo, más serio, desvela que el propio Almodóvar les presentó amigos suyos a los que copiar cosas concretas, aunque también se han fijado en la televisión: "El lenguaje más chabacano que hay en cualquier tipo de medio supera con mucho el que podamos tener aquí, que es frívolo y ligero", opina Cámara.
Referencias sutiles Por su parte, el director reconoció que "a pesar de estar a 10.000 metros, la comedia tiene muchas referencia a la realidad española", dijo. En su nueva comedia, trata a través de los personajes temas como la corrupción o la falta de comunicación por parte de los que tiene el poder. "Hay una clase que va dormida porque la han dormido para que no reaccione, hay un abuso de poder en esa acción y los pilotos son los responsables. Y la consigna que le dan a la clase business, ante los problemas que surgen, es que a los de turista no les digan nada o que se salgan por la tangente con tecnicismos. Que es algo que conocemos muy bien, el dar la espalda y no hablar", subrayó. Por otro lado, el director resaltó que optó por un avión porque "un lugar cerrado, con personajes distintos en una situación de peligro es una motivación" para que se dé la comedia y haya "varias catarsis". Además, "resulta muy liberador hacer una comedia", añadió.