la semana de la Moda de Milán afrontó ayer su cuarta jornada con los desfiles de Bottega Veneta, Trussardo o Roberto Cavalli, que proponen una mujer elegante para las frías tardes del próximo otoño-invierno.

La firma de moda italiana Bottega Venetta fue la encargada de abrir las puertas de la pasarela de Milán para proponer a una mujer elegante, con diseños angulosos y sofisticados, con grandes hombreras y líneas verticales, que además de estilizar, determinan la figura de una mujer provocadora.

Siguiendo la tónica general de esta edición de la Pasarela de Milán, las medallas siguen estando presentes en los diseños de la casa Bottega Venetta, que apuesta por la simplicidad, aunque arriesga a la hora de elegir los originales estampados de algunos de sus diseños.

El vestido, según Bottega Venetta, irá por la rodilla, en tonalidades otoñales, y la fuerza del conjunto recaerá en la pieza superior, que va aderezada con solapas geométricas y hombreras pronunciadas.

El mismo estilo siguió la casa italiana Trussardi, que apostó también por los vestidos por las rodillas, pero, en esta ocasión, incluyendo partes en cuero negro que concedían al conjunto un estilo menos clásico que la propuesta de Bottega Venetta.

Con la firma de Bérgamo, la larga pasarela de la Via Maiocchi se tiñó de blanco y negro, con una colección bicolor de la cual resalta la elegancia que las formas simples confieren a los diseños pensados para la mujer del próximo otoño.

Una mujer que viste con tonos claros, la otra viste de noche en tonos oscuros, y ambas apuestan por las gabardinas de cuero oscuro que se anudan a la cintura y dejan ver levemente unos vestidos gaseosos con estampado geométrico, en un clásico blanco y negro.

Cavalli y la sofisticación Roberto Cavalli se encargó de teñir la pasarela milanesa de negro con diseños muy elaborados y recargados, con gran variedad de estampados y texturas, con encaje, tachuelas metálicas y brocados.

Una colección muy sofisticada para una mujer elegante, que sale de noche y que no se despeina, que rechaza la simplicidad y le gusta compenetrarse con las prendas que lleva, integrándose con el encaje.