Nueva York. Ciento cincuenta años después de que Víctor Hugo escribiese Los miserables, el musical basado en esa obra da el salto a la gran pantalla como una historia todavía vigente de la mano del oscarizado director Tom Hooper y con un reparto cargado de estrellas como Hugh Jackman o Anne Hathaway.

"Los miserables es el gran himno de los desposeídos, tiene ese mensaje de que podemos levantarnos unidos para mejorar las cosas, y creo que hay algo inspirador en ello precisamente en el momento que estamos viviendo", dijo Hooper (El discurso del Rey) en la presentación del filme en Nueva York. Desde las protestas del movimiento Ocupa Wall Street en la Gran Manzana hasta los levantamientos populares en Oriente Medio, pasando por las masivas manifestaciones en Europa, el mundo atraviesa un momento "de ira contra el sistema" que hace vigente esta historia, aseguró el realizador.

Ambientado en la Francia del siglo XIX, en el centro de Los miserables se encuentra un grupo de estudiantes revolucionarios que se levanta en armas para luchar contra la corrupción del Gobierno y la pobreza que sufre el pueblo, atrincherándose en pleno corazón de París.

El filme, que se estrena el 25 de diciembre, arranca con la historia de Jean Valjean (Hugh Jackman), quien sufre la implacable persecución del inspector de policía Javert (Russell Crowe) después de romper su libertad condicional tras haber pasado años en prisión por robar un trozo de pan. Valjean consigue rehacer su vida convirtiéndose en alcalde y propietario de una fábrica, pero su existencia da un giro inesperado cuando una de sus obreras, Fantine (Anne Hathaway), es despedida y, tras tener que venderlo todo, hasta su propio cuerpo, le encomienda el cuidado de su hija. Gracias a la pequeña Cosette, (Amanda Seyfried, Mamma Mia!) el protagonista "conoce por primera vez lo que es querer", explicó Jackman, y cuando ella se hace mayor y se enamora de un joven revolucionario, Valjean decide ir hasta las barricadas a rescatarle. "Es uno de los grandes personajes literarios, un verdadero héroe. Jean Valjean viene de un lugar de dificultad que nunca podría imaginar, y consigue transformarse desde dentro, Hugo utiliza la palabra transfiguración, es más que una transformación, es algo espiritual", dijo el actor sobre su personaje. El australiano, que labró su carrera precisamente en los escenarios de Broadway, celebró que el director de la película decidiera grabar todas las canciones del musical en directo y no hacer playback, por lo que sometió a todo el reparto a exhaustivas audiciones.

Si bien tanto el lobezno de X-Men como el neozelandés Russell Crowe cuentan con un largo historial musical a sus espaldas, la adaptación cinematográfica de la obra Los miserables descubre otras voces menos conocidas como la de Anne Hathaway, quien cuenta con su momento estrella en la desgarradora I Dreamed a Dream. La neoyorquina explicó que tuvo que practicar durante semanas para poder cantar y llorar a la vez para interpretar esa balada, en la que Fantine narra el abandono de su pareja y el declive de su vida hasta tener que prostituirse.

Al no tener ninguna forma de relacionarse con su personaje, Hathaway decidió "intentar entrar en la realidad de su historia como existe en nuestros días", leyendo artículos y viendo documentales sobre la esclavitud sexual. "Había pensado en Fantine como una mujer del pasado, pero me di cuenta de que está viviendo en Nueva York ahora, probablemente a menos de una manzana de aquí, la injusticia existe en nuestro mundo y vi que ella no era una invención y yo no estaba actuando, sino honrando que este dolor existe en nuestro mundo", dijo Hathaway.

La película, en la que aparecen otras estrellas como Sacha Baron Cohen y Helena Bonham Carter, es la adaptación al cine de un musical que han visto ya más de 60 millones de personas en 42 países de todo el mundo, lo que supuso un reto para Hooper, quien no saltó a la fama hasta El discurso del Rey hace dos años. "Soy muy consciente de que millones de personas llevan este musical en el corazón y que probablemente se iban a sentar en el cine y pensar que la habíamos estropeado o dañado su espíritu (...) -reconoció el director-, así que decidí que tenía que proteger el ADN emocional de la obra".