BILBAO. El cineasta Carlos Saura ha retrasado hasta la primavera el inicio del rodaje de su película sobre Picasso y el cuadro "Guernica", una obra inmortal que el genio malagueño, cree Saura, no pensó al pintarla que fuera más allá de ser "un gran cartel, provisional", para la feria de París de 1937.
Saura ha estado hoy en Bilbao, donde recibirá el premio "Mikeldi de honor" del Festival de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao-Zinebi, en la inauguración de esta tarde.
El director ha hablado de su último proyecto, la película "33 días", el tiempo que tardó Picasso en pintar el "Guernica", un film que va a ser protagonizado por Antonio Banderas, Gwyneth Paltrow -como su amante, la fotógrafa Dora Meer, que retrató el proceso de creación del cuadro-, Imanol Arias y Bárbara Goenaga, con guión de Elías Querejeta.
Saura estuvo en julio en Gernika localizando lugares de rodaje, pero por problemas financieros el inicio se ha retrasado, aunque "la película se va a hacer, seguro".
El director buscará reflejar el proceso de creación del cuadro, encargado por la República española en plena guerra civil para el pabellón de la feria de París de 1937, en un momento para Picasso "de muchas dudas", no solo artísticas de qué hacer en el cuadro, sino "con problemas personales, entre el comunismo y el anarquismo, y con tres mujeres a la vez".
Hasta el bombardeo de Gernika por la aviación alemana, el 26 de abril de 1937, Picasso no tenía claro qué hacer para cumplir el encargo, pero tardó aún más en empezar, hasta que se decidió y lo pintó en 33 días, de manera "explosiva", ha rememorado Saura.
"Hizo cuarenta bosquejos para preparar el cuadro y los tenía por el suelo, porque era desordenado, trabajaba en un caos, y parece que la primera idea era hacer un collage, que estaba de moda, pero luego ya se decidió a pintarlo".
Ese proceso creativo es el que quiere reflejar en la pantalla, de manera que "cuando se termina el cuadro se acaba la película".
Esta elaboración del artista es la que le gusta retratar a Saura, como se refleja en películas suyas anteriores como "Goya en Burdeos" y "Tango": "cómo un artista empieza a crear y cómo lo desarrolla, hasta terminar de manera feliz o no".
"Me pongo en la piel de Picasso y pienso cómo podría hacer el cuadro, tengo las imágenes de la guerra, lo que me han contado, un cuadro que era un responsabilidad brutal, porque era un encargo del gobierno republicano, y se atrevió a hacer un cuadro que en su época fue denostado, que a muchos les pareció casi un insulto".
Esos son los planes de Saura de momento, porque luego, filmando "improviso mucho".
Saura también ha repasado hoy su vida, en la que "he hecho más de cuarenta películas y tengo siete hijos, creo que he cumplido" -ha bromeado-, pero sobre la que no quiere pararse a reflexionar, más bien "seguir trabajando y haciendo cine".
Como socarronería aragonesa, ha recordado que cuando era joven en la escuela de cine "pensaba que por qué no se retiraban todos los directores viejos y nos dejaban hacer cine. Ahora -Saura tiene ochenta años- supongo que muchos jóvenes deben pensar eso y me parece muy bien, pero como es el trabajo que más me gusta, sigo haciéndolo".