DONOSTIA se ha convertido, desde hace seis décadas, en uno de los observatorios más destacados para contemplar las estrellas más fulgurosas del universo cinematográfico. La localidad se convierte en el centro de la galaxia artística a mediados de septiembre, con la celebración del Zinemaldia, cuando algunos de estos astros bajan a sus calles y planean como un paseante más. Para fijarlos no es necesario un telescopio, con una cámara fotográfica es suficiente. El resultado es un retrato lleno de glamour y fascinación, como los que exhibe hasta el 30 de septiembre el espacio laboratorio del Museo San Telmo bajo el nombre de Paseantes de Donostia.
La muestra reúne 80 imágenes que combinan desde los directores más reputados, los actores más cotizados y las actrices más prestigiosas, hasta las situaciones más inverosímiles y los momentos más hilarantes, con un nexo común, todas eran inéditas hasta ahora. "Busqué fotografías que no habían salido publicadas para hacer una cosa realmente diferente", resaltó ayer Pedro Usabiaga, comisario de la exposición. "Fue un trabajo difícil, porque mucho del material estaba en malas condiciones, en graneros, algunos habían sufrido inundaciones, con lo que ha habido que tratarlo". Por eso, para dar un aspecto uniforme a la colección, Usabiaga ha optado por presentar todas las fotografías en blanco y negro.
La exposición es un compendio de historias del festival. Eva Marie Saint da inicio al recorrido con su llegada a la ciudad para presentar el estreno mundial de Con la muerte en los talones (1959) y lo cierra otra diva de Hitchcock, Kim Novac. La estela del realizador británico está presente en varias ocasiones, como en el bonachón retrato con su mujer.
Más allá del mundo del rey del misterio, se puede contemplar cómo un joven John Travolta exhibía su tupé en el Paseo de la Concha, Teddy Bautista ofrecía un concierto en el KU, Lana Turner era recibida en el aeropuerto de Hondarribia en un Rolls Royce y Kirk Douglas parecía pequeño bajo la torre de Igeldo.
La muestra está llena de anécdotas que enriquecen el contenido. Este es el caso de la imagen de la actriz argentina Julia von Grolman, quien en 1968, "en plena época pop", indicó Usabiaga, fue llevada al mercado de la Brecha, donde se encontró con la pescatera Andresa Portugal, que le mostraba dos sardinas. La actriz mira las sardinas "ensimismada porque nunca las había visto fuera de una lata" y no se sabe muy bien si la pescatera "le va a pegar con las sardinas en la cara", describió el comisario.
"La gente se dará cuenta de que toda la historia del cine ha estado en el Festival de San Sebastián", aseguró Usabiaga, quien destacó el retrato de David Calle a Quentin Tarantino y la fotografía de Jerónimo Ortiz a Lola Flores con Bandana Das Gupta y miembros del NO-DO, a los que se añadieron algunos trabajadores del hotel María Cristina, que fue "muy irreverente en esa época, en la que el personal no podía mezclarse con las estrellas".
"En esta exposición hay algunos de los fotógrafos más impresionantes que han pasado por el Festival", enfatizó el director del Zinemaldia, José Luis Rebordinos, quien destacó que el papel del museo en la celebración del certamen va cogiendo fuerza, ya que, además de esta exposición, San Telmo acogerá el foro de coproducción y "uno de los ciclos que anunciaremos próximamente".
Además de ser una colección de personajes famosos, la muestra presenta una evolución histórica de la ciudad, cuya referencia en muchas ocasiones son edificios hoy ya desaparecidos, como el antiguo Kursaal o la plaza de toros del Chofre. Como indicó la directora del museo, Susana Soto, el comisario "entendió que es un exposición vinculada con el Festival pero en un museo", por lo que el "criterio artístico" gana importancia en una muestra que permite pasear acompañado de los astros que han brillado en Donostia.