Madrid. "Una decisión personal muy solitaria" del fundador de Rock in Río, Roberto Medina, es lo que mantiene a Madrid como una de las citas mundiales de este festival, aunque el brasileño supedita la continuidad de la franquicia española a que haya "cambios" en el mercado y en la mentalidad empresarial.

"Para hablar de Rock in Río Madrid hay que hablar de la situación de España como un todo", apunta cautamente el directivo antes de aplicar la palabra "crisis" al festival, que en su reciente y última edición en la capital española reunió a 173.000 personas, una "buena" cifra, reconoce, "pero no para su dimensión". Medina señala directamente a la crisis económica por la que atraviesa España, a su gestión ("Alemania ha emprendido un camino erróneo, no hay forma de mejorar sin una pauta de crecimiento", reflexiona) y también al mundo empresarial.

"El mundo empresarial español está muy acomodado después de cuatro años de crisis. Piensan igual que antes de ella", se queja este empresario, que vaticina un futuro "más competitivo" y que en este difícil contexto decidió explotar aún más la marca Rock in Río con nuevas sedes en América Latina. Sorprenden las cifras de asistencia en España con las de Portugal, un país también en crisis, pero en el que el público respondió mucho mejor a la oferta musical, encabezada, eso sí, por Bruce Springsteen, Stevie Wonder, Bryan Adams, Maroon 5, Metallica y The Offspring. "Portugal, como América Latina, está acostumbrada a la crisis. Su gestión económica es tan mala como la de España, pero la psicológica es mucho mejor". Al preguntarle por la viabilidad de Madrid 2014, Medina señala que las cosas están hoy como cuando hace dos años tuvo que plantearse si celebraba esta última edición, con el criterio en contra de su equipo directivo, y él apostó por España. "Claro que quiero volver a España, pero quiero ver un cambio de postura de los dirigentes de las compañías", advierte.

en proyecto El empresario brasileño adelantó ayer que estudia lanzar una especie de "hijo" de Rock in Río, centrado exclusivamente en la música electrónica y que, tras su paso por Brasil en 2015, desembarcaría en la Ciudad del Rock de Madrid. "Estoy superilusionado con esto, sería como un hijo de Rock in Río, que sin duda también estará en Madrid. Empezaría en 2015 en Río de Janeiro y después se exportaría a Madrid, Lisboa y Argentina", señala Medina, que dice que el proyecto está "muy avanzado desde el punto de vista conceptual", aunque aún carece de nombre.