Madrid. Los políticos dicen que la música clásica es "elitista" y esa es "la mentira más grande del mundo", pero lo dicen porque carecen de "formación", aseguró ayer el pianista y director Daniel Barenboim, que con su orquesta, la West-Eastern Divan (WEDO) y Beethoven quiere contribuir a desmontar esa falsedad.

Barenboim presentó ayer en Madrid la grabación en directo de las sinfonías completas de Beethoven, testimonio de su proyecto Beethoven for all, con el que él y la WEDO están llevando la música del alemán por todo el mundo.

Una de las paradas de Barenboim en Europa iba a ser hoy en Madrid, en la Plaza Mayor, pero la "crisis" se llevó por delante la cita, aunque sí se mantiene la del 18 en Sevilla. El director lamentó que la forma en la que se llevó a cabo la suspensión del concierto de Madrid no fue "ni inteligente ni elegante". Los ajustes y los recortes provocaron que el Ayuntamiento de Madrid no contara con ese concierto en la agenda estival de la capital, "una lástima" para el director, quien dijo que "habría sido un gesto muy positivo haberlo hablado y negociado".

La Divan es un proyecto "extraordinario" y "lo más importante" que Barenboim ha hecho en "toda su vida" no solo por el espíritu de conciliación entre judíos palestinos y árabes que la anima sino porque esta orquesta "de primerísimo orden" busca la conexión entre la música "y todo lo demás".

"Nadie les fuerza a volver cada año a Pilas, donde ensayan y participan en talleres y proyectos educativos, y no lo hacen ni por lealtad ni agradecimiento sino porque es importante para ellos", recalcó.

El proyecto, que primero se instaló en Weimar, luego en Chicago y en 2002 en Pilas, Sevilla, trata de desarrollar la curiosidad "para escuchar y oír el narrativo del otro" y, al mismo tiempo, ofrecer a sus miembros una educación musical "que no se da en las escuelas".

"Las escuelas de música son ahora muy técnicas y no hay contacto con ninguna otra esfera cultural. Están en una torre de marfil. ¿Cómo va a ir gente a los conciertos si no hay educación musical en los colegios?", clamó Barenboim.

Barenboim insistió de nuevo en que la Divan no es un proyecto político, sino humano, el de pueblos profundamente convencidos de tener el mismo derecho de vivir "en el mismo pequeño pedazo de tierra".

"No hay otra solución que vivir juntos o lado a lado pero no espalda contra espalda", reiteró.

Los miembros de la Divan, precisó no son "chicos", sino músicos con edades entre los 15 a 43 años, que en los últimos años tocan, entre otras, en la Filarmónica de Berlín o en la Bavaria de Munich, y de los que ha aprendido "mucho". Andalucía, recordó, es el "lugar natural e ideal" para que resida la orquesta, porque es "la única región del mundo" en la que convivieron en paz judíos y musulmanes."