Laguardia. La unión del Big Band Festival y del programa Música entre Viñedos no sólo se ha traducido en diferentes conciertos a lo largo de estos días en Rioja Alavesa. En paralelo, esta nueva apuesta ha acogido la tercera edición de los encuentros de la Txiki Txiki Big Band, una cita que desde el primer momento se ha nutrido de un cohesionado grupo de 32 participantes han estado disfrutando de una experiencia vital y de trabajo que hoy llega a su final.

Por vez primera se reunían en esta zona, coincidiendo con la celebración de la novena edición del festival y del ciclo que organiza la Ruta del Vino de Rioja Alavesa, y la conjunción de estos acontecimientos ha dejado un buen regusto entre los vecinos de esta comarca alavesa que, si bien están acostumbrados a ver a niños interpretando instrumentos musicales, en esta ocasión se han encontrado con una verdadera convivencia con ellos. Así, varios municipios han tenido la suerte de tenerlos, aunque los alojamientos han estado ubicados en los albergues de Samaniego y Leza, y de escucharlos.

Y es que el programa de trabajo comenzaba temprano. Los días que hacía mejor tiempo a la sombra de los árboles de una piscina o un parque y cuando el viento ha estado molesto o hacía mucho calor se trasladaban a las escuelas o a algún bar con salón, donde se encontraban con una magnífica bienvenida de los propietarios.

Joana, de Labastida, ha estado los tres años de estos encuentros. "Es una experiencia que está muy bien -decía- para enriquecerte en la música, y para culturizarte y convivir". Con su juventud, Joana es primera saxofonista en la banda de Labastida y acude "hasta que llegue un momento en que me hagas famosa".

Otra de las chicas, Ane, también de Labastida, comentaba que "me está gustando mucho, como para repetir, porque además de ensayar estás escuchando lo de otros y te enriqueces por otra parte". Selena venía de Vitoria. "Es mi segundo año -contaba- y me gusta mucho la experiencia, porque aparte de que se aprende mucho de otros instrumentistas te lo pasas muy bien. Y eso es lo importante". Por su parte Goreti, que es de Amurrio, coincidía al afirmar que la experiencia ha sido "muy divertida, pero a la vez aprendes mucho, sobre todo con la convivencia".

Aunque los monitores habían señalado que eran "muy duros" a la hora de trabajar, lo cierto es que los alumnos no lo valoraban de la misma forma. "Qué va, no son tan duros. Nos exigen mucho, pero lo que tienen que exigir", decía una de ellas. Otra metía baza para indicar que "nos ponen hasta arriba de comida y a todas horas". En cuanto al concierto que ofrecieron ayer a la noche en Labastida, en el que pusieron en solfa todo lo aprendido, una de las jóvenes comentaba que "te pones un poco nerviosa, pero solo los últimos cinco minutos antes de comenzar. Antes la gente mayor no tenía la suerte de comenzar tan temprano como nosotras y como nosotros somos mucho más jóvenes pues sí que nos ponemos nerviosas" y otra terciaba para recordar que "en mi primer concierto me puse a llorar de la vergüenza que tenía". Sin embargo "ahora no lloramos nadie, porque para nosotras es como un reto que tenemos que superar y es muy divertido". "¿Os apuntaréis al año que viene?", preguntaba el periodista y todas, atropelladamente, confirmaban que "hombre, claro que sí, sin dudarlo"

Ana Isabel Bravo, coordinadora de estos encuentros, recordaba que todo comenzó cuando estuvo con una compañera de Labastida y hablaron de juntar a todos los niños en una banda. "Lo pusimos en marcha un fin de semana en un albergue y Jimmy Bidaurreta, el director de la Gasteiz Big Band, se enteró y nos invitó a tocar en el Big Band Festival cuando se celebraba en Vitoria".

Aquello supuso una gran responsabilidad, pero también nació una apuesta, porque de allí surgió la banda, la Txiki Txiki. Dos años de encuentros, aunque la crisis económica hizo temer que éste año 2012 no se podría hacer, "pero en Rioja Alavesa, que venían organizado Música entre Viñedos, nos dijeron que tiráramos adelante con el encuentro de este año. De esta forma se ha podido hacer el milagro, porque en dos meses, gente que se iba a estudiar inglés, que tenía programado el verano, se ha sumado y aquí estamos de nuevo".

Y esa decisión ha sido una bomba en Rioja Alavesa. El hecho de que las sesiones de trabajo estuvieran abiertas, permitiendo que la gente de los pueblos pudiera estar escuchado y viendo los ensayos y facilitando que pudieran escuchar algunos temas al finalizar las sesiones de trabajo y los talleres, ha sido una verdadera experiencia para los vecinos de la comarca.

Pero además muchos se han sorprendido de que en los conciertos del programa de Música entre Viñedos y del Big Band Festival de repente apareciera un grupo de jóvenes y se involucrara con sus aplausos, con su llevar el ritmo con las palmas enriqueciendo de esa manera los espectáculos de las plazas, como en Navaridas, donde los escasos vecinos que acudían se vieron repentinamente desbordados por un grupo entusiasta que no dudó en cercar a la orquesta de la escuelas Picolo y Saxo de Logroño para hacer música con ellos a través de las palmas.