Vitoria. Más allá de casos polémicos que llegan a los tribunales, de visiones cinematográficas y fantasiosas, de problemáticas derivadas por el reparto de competencias dentro del País Vasco, o de los recortes propios de la crisis, la arqueología alavesa quiere mostrar a su territorio la normalidad de su trabajo diario. Y lo va a intentar con una muestra abierta hasta octubre en el Bibat, una exposición, de nombre nada sugerente, en la que enseñar nueve ejemplos de conservación del patrimonio de las 104 actuaciones llevadas a cabo entre 2010 y 2011 en distintos puntos de la provincia.

A través de una serie de paneles y de ejemplos de lo descubierto, el museo se acerca al Convento de San Pedro de las Clarisas de Salvatierra, la urbanización del Casco Histórico de Salina de Añana, la renovación de infraestructuras en el Casco Histórico y en el entorno de la Iglesia de San Esteban en Korres, la cueva Askana 5 en Marquínez (Bernedo), el Castillo de Valdefrailes en el Elciego, el número 18 de la calle San Roque de Labraza, el sector cuarto de la muralla de Vitoria, una parcela en Arkaia, y la ermita de la Asunción de Ocio.

Estos nueves lugares son los "botones" elegidos por la Diputación para ofrecer "un resumen aleatorio" de un trabajo "en el que no siempre se hacen grandes descubrimientos que copan la atención de los medios" pero que tienen su importancia para el conocimiento del pasado, según describió ayer Javier Fernández Bordegarai, técnico del Servicio foral de Patrimonio Histórico-Artístico y Arqueológico en la presentación de la exposición, acto en el que estuvo acompañado tanto por la diputada de Cultura, Iciar Lamarain, como por un buen número de compañeros de profesión y actividad.