Madrid. Las tendencias para el año nuevo llegan bajo el código casual. Si para la noche se apuesta por el atrevido estampado de leopardo mezclado con lamé y lentejuelas, para el día se presentan pijamas urbanos, chaquetas de corte militar, vestidos de pata de gallo, faldas de cuero y estampados florales y frutales.

A lo largo del año 2012 se verá una moda muy urbana, con pequeños apuntes campestres y destellos de fiesta, una mezcla atrevida que invita a renovar el armario femenino. Es el momento de arriesgar y de ser osada a la hora de vestir, según marcan las tendencias. Con motivos de corbata y encajes lenceros, el pijama abandona la cama y se instala en la calle. El diseñador Tommy Hilfiger los propone muy cómodos y favorecedores en materiales tan suaves como la seda y la gasa. Visto el éxito que el estampado de leopardo ha tenido en la temporada anterior, Roberto Cavalli, Dolce&Gabbana o Giambattista Valli se ocupan de que no acabe en peligro de extinción y lo utilizan para confeccionar blusas, pantalones, americanas o minifaldas tan atractivas como femeninas.

Para los días más fríos, Altuzarra, Burberry y Alexander Wang proponen parkas de corte militar. Prácticas y cómodas resultan ideales para combinar con jerseys de cuello alto, pantalones masculinos e incluso faldas de tubo. Sin perder un ápice de modernidad, el esmoquin, creado por el sastre británico Henry Poole, vestirá en el 2012 a la mujer para asistir a cenas, cócteles y recepciones que requieran etiqueta. El modisto Yves Saint Laurent con un esmoquin negro acabó con la arcaica costumbre que prohibía a las mujeres lucir pantalones; sin embargo, en la próxima temporada lo vestirán blanco y lo combinaran con camisetas para restarle rigidez. Las flores y los escotes ponen el acento más bucólico y romántico al guardarropa femenino. Rosas, orquídeas, peonías, lirios, amapolas, margaritas y coquetos bouquets se instalan sobre fabulosos vestidos con la firme intención de aportar alegría y belleza. Según los diseñadores Marc Jacobs y Stella McCartney los lunares, no solo se prenden sobre prendas veraniegas y biquinis, sino que también se instalan en vestidos, blusas y faldas de fondos granates, verdes o azules. Los topos, estampado muy latino, reclama un lugar preferente entre los 'prints' del nuevo año. Atemporal, favorecedora y siempre elegante, la blusa blanca será una de las prendas imprescindibles en el armario de la mujer. La clave del éxito radica en saber cómo combinarla. Una apuesta segura es con un pantalón negro de pata ancha.

El encaje y los bordados, íntimamente ligados a los vestidos de novia, ahora más que nunca, se ciñen y se adaptan a la figura femenina. La responsable de que estas delicadas telas se vean a cualquier hora en la calle es la firma Dolce&Gabbana, capaz de crear vestidos y faldas que exclusivamente irradian glamour. Por su parte, Salvatore Ferragamo propone vestidos y chaquetas con estampado de pata de gallo en blanco y negro y la diseñadora Barbara Bui apuesta por pitillos de cuero.

Volviendo la mirada a los años 50, la firma Rocha propone vestir con patrones sacados del new look de Dior, con los que perfila la silueta de la mujer. La mayoría de los diseñadores de París, Nueva York y Milán optan por estampados frutales, exóticas palmeras y recreaciones de la madre naturaleza con los que refrescan patrones más veraniegos. Las cazadoras de piel, los chalecos de pelo de cordero y los tejidos brocados cotizarán al alza durante todo el año. El lamé, las lentejuelas, los bordados, los flecos, las plumas y la pedrería no faltarán a su cita con la noche.