madrid. El dramaturgo y director teatral Ernesto Caballero, que dirigirá el Centro Dramático Nacional (CDN) a partir del próximo enero, apuesta por conseguir un "ambicioso proyecto de Teatro Nacional", como soñaron Margarita Xirgu o Max Aub, para recuperar y alentar la creación escénica española

La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, comunicó ayer su elección como próximo responsable del CDN en sustitución de Gerardo Vera, que ha ocupado este cargo desde 2004, en una rueda de prensa en la que Caballero, junto al director general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música, Félix Palomero, expuso su proyecto.

Ernesto Caballero (Madrid, 1957) es uno de los creadores más versátiles de la escena española, perteneciente al grupo que conoce el mundo teatral desde todas sus vertientes, como autor, director y maestro de autores. Su proyecto fue valorado por unanimidad por el Consejo Artístico del Teatro entre un número reducido de candidaturas seleccionado entre las 14 que se presentaron de julio y octubre. Ahora, según explicó la ministra, su proyecto de gestión pasará a ser la base del plan director que marcará las líneas generales de actuación del CDN en los próximos cinco años y que ha basado en cuatro pilares. Entre ellos, el impulso y desarrollo de la creación dramática contemporánea española, tanto en lengua castellana como en otras lenguas oficiales del Estado; y el apoyo a la creación escénica en sus diversas vertientes. También quiere "fidelizar" y ampliar el público teatral y potenciar el teatro como forma de compromiso ante la crisis.

Caballero destacó su intención de que el CDN difunda y aliente la creación escénica estatal, especialmente la escritura dramática que, ha dicho, "está viviendo un momento de gran pujanza". El nuevo responsable del CDN consideró fundamental potenciar la investigación tanto teórica como práctica, estrechar la colaboración con el mundo académico y desplegar un programa de talleres de creación escénica.

Caballero aseguró también que contemplará la figura del público como una pieza esencial y por ello anunció que se relacionará con el espectador, "no como consumidor de ocio sino como aficionado lúcido y exigente".