VALLADOLID. "Camera obscura" relata la vida de Ane, una niña ciega de 13 años, que vive "sobreprotegida" por unos padres que intentan operarla para que recupere la visión, ha explicado a Efe Solores (San Sebastián, 1968), quien se ha formado como cineasta en Berlín, donde ha rodado y dirigido varios cortometrajes durante la última década.

El arte de la fotografía, que un tío de la pequeña le muestra como campo de entretenimiento, opera en Ane el descubrimiento "de una forma de liberación" y la posibilidad de "buscar su propio camino", ha añadido.

La joven protagonista del filme, "que posee una discapacidad visual importante", procede de Ponferrada (León), aunque estudia en un colegio de Madrid especializado en discapacitados visuales severos.

El hecho de que la menor no sea completamente ciega "ha ayudado en ocasiones y en otras ha representado un obstáculo" para el rodaje, "pero lo importante es que se implicó mucho desde el primer momento", ha manifestado Solores.

Los actores más experimentados del reparto, casos de Víctor Clavijo y Pello Madariaga, entre otros, han ayudado a la muchacha en todo el proceso para sacar adelante un proyecto que ha sido "difícil, como todos", ha precisado.

Sin embargo, Solores se ha mostrado contenta por llegar hasta donde lo ha hecho y ha desvelado que tenía el guión escrito pero que tardó dos años en obtener la financiación para empezar a rodar.

La película se proyecta esta tarde a través en el Teatro Zorrilla de Valladolid a través de un sistema adaptado para personas ciegas y sordas.

"Es difícil saber hacia dónde va a avanzar el periodismo", ha detallado la directora, quien ha asegurado que los nuevos formatos tienen la ventaja de permitir hacer trabajos cinematográficos con "muy pocos medios".

La desventaja es que "no se puede vivir" de ese tipo de proyectos porque no son comerciales, ha asegurado después de comentar que el cine se ha "socializado gracias a las nuevas tecnologías".

Solores, por otra parte, ha destacado la importancia de festivales como el de Valladolid porque suponen una plataforma para los nuevos cineastas y también permiten contactar con distribuidoras y productoras.

"Deberían seguir existiendo también en beneficio del público, ya que aquí se ven películas que en otras salas no se verían", ha resumido.