Vitoria. Fue en el escaparate de la floristería Arantza de la calle Angulema donde la británica Romany se ganó el pase a la final. Venía de lograr nada menos que el Golden Lion Award de Sigfried&Roy -sí, los de los tigres blancos- en Las Vegas, el pasado mes de marzo, y en esa inercia de buena forma hizo lo propio con el premio de Magialdia.

Sobredosis de magos franceses la que le rodeaba. Florian, Arno y Pilou dibujaban el cuadrado de sintéticos seudónimos sobre el escenario de la Plaza Nueva, pero no pudieron con la ilusionista, que se llevó los 10.000 euros del galardón en la actuación final.

El presidente de Magialdia, José Ángel Suárez, explica la hegemonía gala que ha presidido el festival. "Es que en el último año y medio ha habido una oleada de magos franceses con un nivel extraordinario y, antes de que se marchen por el mundo, hay que ficharlos", explica, ofreciendo una vez más la receta de Magialdia. Una receta muy a lo Baskonia, siempre atento a contrataciones baratas y de calidad, buscando la mejor rentabilidad.

Una rentabilidad que ha vuelto a funcionar. "El balance es buenísimo, porque ha sido un poco arriesgado el hecho de meter cosas nuevas -Txoroleku, rutas mágicas-, pero han funcionado", explica Suárez, empezando por el final, por la final. "El domingo competíamos con el tiempo y con la final de baloncesto... y aún y todo hubo muy buena afluencia de gente".

La misma que ha poblado las carpas de Artium y Virgen Blanca, las galas, los escaparates, el tranvía y la nueva actividad de este año, las rutas mágicas, que han convencido a espectadores y organizadores. "Han sido al más puro estilo espectáculo mágico, transformando espacios que normalmente no acogen estos espectáculos, sin cámaras, sin pantallas gigantes; la gente estaba con el mago, encima del mago". Todavía no sabe José Ángel, sin embargo, cómo seguir haciendo crecer esta experiencia hasta llegar a la extensión ideal y soñada, la que se vive con esta misma experiencia por locales de la ciudad en el Festival de Teatro de Avignon. "No sé si será cuestión de ampliarlo a más locales u ofrecer más sesiones".

Las que le han convencido sobremanera son las de Katia, la mujer sin cuerpo, y el profesor Aceves, junto a Artium. "Hemos conseguido ese toque de atracción de feria", apunta, entre feliz y saturado. Mucho trasiego el de los últimos días. "Ha habido más de 440 magos en el congreso mágico", añade, emocionado. El XXIII Magialdia ya ha hecho su truco de desaparición. Hasta el año que viene.