Vitoria. La apuesta -ilusionada- de Caja Vital se llevó a su directora. Y la apuesta -truncada- de Caja Vital se la devuelve. Venía apuntado septiembre como un mes de probable cambio en lo alto de la colina. Y los rumores que habían comenzado en julio con cartas a varios trabajadores para acotar su relación laboral, acompañados por la melodía de revolución cantada antes del verano por la consejera municipal de Cultura, Encina Serrano, los certificaba ayer ella misma anunciando cambio de cara y rumbo en Montehermoso. Xabier Araquistain dejará la dirección del centro cultural a finales de año y alguien que ya conoce lo que es portar esa batuta, Araceli de la Horra, será la encargada de trazar nuevos objetivos. Porque ya hay una reciclada diana a la que apunta el que es desde hace años uno de los baluartes contemporáneos de la ciudad. Y en el centro está "la imagen".

Imagen en forma de fotografía, de audiovisuales, "de blogs, hasta de teléfonos móviles", aseguró Serrano en un vistazo muy somero al futuro de la infraestructura. "Es necesaria su investigación y su difusión", apuntó. Y ahí quedó el diagnóstico de lo que podrá llegar a ser el nuevo Montehermoso.

Anunciaba Serrano -la misma con la que llegó Arakis en época Alonso- este cambio de curso cultural echando mano de la necesidad de renovación quinquenal, made in manual de buenas prácticas. Y precisamente hace cinco años -otro otoño- llegaba un Arakis que, cómo son las cosas, sustituía a una De la Horra elegida por Vital para tomar las riendas de Krea. Un bucle más propio de una videoinstalación.

"A mí me iban las cosas muy bien y podía haber seguido haciendo mi trabajo en diferentes sitios, pero me apetece mucho estar y trabajar aquí. Vamos a trabajar sobre la tríada arte-cultura-sociedad, contemplada desde la perspectiva de género, buscando como objetivo implantar políticas de igualdad entre los sexos. Vitoria es una ciudad perfecta para ello. Es un lugar muy tolerante y humano. No hay que olvidar que el primer registro de parejas de hecho se hace aquí y que también aquí se aprueba la Ley de Igualdad". Así respondía a este periódico, en diciembre de 2006, un Araquistain pleno de energías.

Y es precisamente esa perspectiva de género que pregonaba por entonces -y ha gestado año a año- la que, con el paso del tiempo, parece haber minado su propia credibilidad en el entramado político municipal, muchas veces desorientado a la hora de desbrozar, conocer y, finalmente, emitir una opinión propia sobre el trabajo del centro, justificándose a menudo en pretendidos -pero no certificados- rendimientos de cara al ciudadano, o, peor aún, limitándose a utilizar el arte contemporáneo como arma arrojadiza o escudo cuando le conviene, en función del paisaje.

Por muchos ha transitado Araceli de la Horra, que vuelve a un espacio que conoce a fondo, no en vano lo dirigió de octubre de 1997 a septiembre de 2006. Siempre otoños de cambio. De la Horra ha desarrollado su carrera profesional ligada a la Administración pública, en concreto al Departamento de Cultura del Ayuntamiento, desarrollando su labor en la Red de Centros Cívicos (1986-1990), el Teatro Principal (1991-1996), o el Festival Audiovisual de Vitoria-Gasteiz (1994-1999). La llamada para dirigir el proyecto de Krea conquistó su mirada, cegada ahora con el punto muerto de un proyecto que, a pesar de desarrollarse en contenidos, no ha llegado siquiera a inaugurar su continente. Tras la excedencia municipal, "había pedido su plaza", explica Encina Serrano, que en el afán de austeridad que, afirma, preside su gestión, no tardó en ofrecerle el nuevo/viejo puesto. "Y ha aceptado de muy buen gusto".

Digno de ficción burocrática este tránsito De la Horra-Arakis-De la Horra para el espectador medio, que tendrá -o no- que volver a experimentar el centro cultural con esta nueva brújula visual que, al parecer, va a presidir su búsqueda conceptual y estética. "Queremos hacer que Montehermoso se abra a todo tipo de públicos", aseguraba Serrano el pasado mes de junio, mostrando al verbalizar su deseo un supuesto antónimo del mismo que había observado en el proyecto de Arakis, comenzado a acentuar por la concejala jeltzale Joane Zamarbide unos meses antes.

Hasta diciembre llegará, de este modo, el proyecto de Araquistain, que en estos años ha consolidado un férreo equipo de trabajo basado principalmente en la investigación, la producción y la educación, esos detalles que no suelen verse en la fachada. ¿Quizás lo que pretenden siempre los responsables municipales es un parque temático del arte contemporáneo? ¿La exposición como único lenguaje comunicativo?

Quién sabe. Quizás dentro de cinco años estemos despidiendo a De la Horra porque Montehermoso vuelve a ejercer este insólito poder de extrañamiento en el medio político. Por ahora, la oposición -Berrocal, cómplice de Arakis durante estos años, calló pero seguro que avala- pidió ayer que esa seña de identidad del compromiso de género no se pierda. Empezamos bien, recordando. Esperemos que Montehermoso no sólo sea imagen.