Lo que la cultura no había conseguido sí lo está logrando el deporte, aunque puede que al final la primera salga también beneficiada. Han pasado cinco años desde que la nueva plaza de toros se estrenase con su primera corrida, aún sin contar todavía con la cubierta. Se abría así un espacio, según quiso transmitir en ese momento el Ayuntamiento de Vitoria, que no sólo servía para su faceta taurina, sino que estaba llamado a ser un lugar multiusos en el que, sobre todo, tuvieran cabida conciertos y montajes escénicos de relevancia de cara al gran público. Casi doce meses después, el 1 de junio de 2007, Fito & Fitipaldis, junto a los teloneros Zodiacs, protagonizaron la primera y única actuación que se ha llevado a cabo hasta ahora en este lugar, dejando claro que la infraestructura no estaba preparada para lo que se había vendido.
Hoy es el día en el que el coso sigue dando pasos para reconvertirse en cancha de baloncesto temporal. Desde mediados de septiembre hasta enero de 2012, si los plazos no cambian, la plaza debe ser la casa del Baskonia mientras siguen las obras en el Buesa Arena. Lo curioso es que la mayor parte de las actuaciones que se están produciendo (como, por ejemplo, instalar un sistema de calefacción, algo que en Vitoria parece bastante lógico) eran necesarias desde el origen para que el lugar fuese de verdad polivalente todo el año, pero las instituciones han preferido mirar para otro lado durante este tiempo a cuenta de la crisis para no actuar hasta que, claro, ha aparecido el deporte profesional.
¿Y después de que el equipo gasteiztarra regrese a Betoño, qué? Pues ahí es donde, si se saben hacer las cosas, la capital alavesa puede salir ganando un nuevo escenario de más de 6.000 personas de aforo.
Las bases de la verdadera adecuación del coso a un espacio multiusos las sentó Enrike Ruiz de Gordoa en un informe presentado a los partidos municipales el 3 de abril de 2009. El por entonces consejero cultural del alcalde y hoy máximo responsable de la plaza desplegó ante los representantes públicos un amplio estudio realizado en espacios similares del Estado, Portugal y Francia, a partir de los cuales se hacían no sólo una serie de propuestas de intervención arquitectónica y técnica (que él valoró en unos 730.000 euros) sino, sobre todo, programáticas y de modelos de gestión. Toda aquella información fue muy bien recibida por los presentes pero sus intenciones se quedaron en las buenas palabras. El Consistorio no volvió a realizar en los dos años siguientes ninguna otra reunión sobre este tema, ni reserva presupuestaria, ni... Claro, hasta hace unos meses cuando la Diputación y el Ayuntamiento se pusieron de acuerdo para evitar que el Baskonia se fuera a jugar lejos de la capital alavesa en su exilio del Buesa.
Pero más allá del paso del tiempo, lo que aquel informe reflejaba sigue vigente y el hecho de que las autoridades municipales hayan escogido a Ruiz de Gordoa para esta tarea refuerza esa actualidad. Y aquel análisis era muy claro en diversos puntos que pueden concretarse en breve, siempre y cuando exista voluntad política y, cómo no, algo de dinero aún en el contexto actual.
En lo que se refiere a la adecuación del edificio, casi todo lo que se está haciendo ahora será aprovechable en el futuro, aunque en algún momento habrá que afrontar qué se hace, por ejemplo, con la acústica del lugar. Es horrible y el propio informe ya señalaba diferentes soluciones existentes en el mercado para intentar arreglar un problema que, eso sí, no tiene una solución total. Sin olvidar la necesidad de hacerse con telones, tarimas, escenarios...
A partir de ahí, el estudio planteaba cuatro modelos de gestión, aunque se inclinaba por que fuese de manera directa el Ayuntamiento quien llevase todo lo relacionado con el coso, trabajando de manera estrecha con empresas locales. Y, a grandes rasgos, se proponía un modelo de programación con unos 80 días de actos al año abiertos al público (entre corridas, espectáculos, conciertos, ferias, festivales, jornadas sociales y empresariales...), sin contar con los necesarios para el montaje y desmontaje de cada cita. Además, se hacía especial mención a la posibilidad de utilizar la plaza del Renacimiento como otro escenario más.
En este sentido, Ruiz de Gordoa apostaba por ganarse al público con jornadas de puertas abiertas y otras actuaciones, aunque siempre desde la base de que los actos culturales que se hiciesen en el coso deberían ser de pago. Nada de todo gratis.
Sin embargo, hay que tener en cuenta una cosa: el dinero. Hace falta para terminar de dotar al edificio para su uso cultural. Y, como es evidente, para hacer una programación, con todo lo que ello conlleva. Habrá que ver si, después de enero, el multiusos se convierte en una realidad o si la plaza se vuelve a quedar a medio camino.