vitoria. El chasquido de una cámara puede sonar como un cañonazo en un concierto de piano solo, así que Fred Hersch citó a la prensa dos horas antes de su sesión en el Principal para las fotos. Así, un patio de butacas hasta la bandera pudo disfrutar de la mejor sesión del festival. No es que Hersch domine la vena clásica, el jazz o los aires latinos. No es que reserve un dedo para cada uno de ellos. Es que lleva la música integrada dentro de su gesto sencillo, que durante hora y media fluyó sobre el teclado recordando claves vitales como Schumann o Monk, y regalando temas propios como el precioso Valentine final. La tienda, a rebosar. No se les ocurra disparar contra el pianista. Antes les disparamos nosotros. Foto: alex larretxi
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