santiago de compostela. Los problemas de seguridad en la custodia del Códice Calixtino acrecentaron ayer la polémica por el robo de este manuscrito del siglo XII y de incalculable valor histórico, desaparecido de la catedral de Santiago de Compostela.
Mientras la Policía dedica más medios a la investigación del robo y examina las imágenes de la sala en que se custodiaba el Códice, la Fiscalía Superior de Galicia mostró su preocupación por la protección del patrimonio cultural gallego y el Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha denunciado que las medidas de seguridad eran "mínimas".
Doce especialistas del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) integran el núcleo de la investigación sobre la desaparición del Códice de la Catedral de Santiago de Compostela, ciudad donde ayer se realizaron controles de vehículos en la búsqueda de pistas de esta obra de incalculable valor histórico que data del siglo XII. Asimismo, agentes de la Brigada de Patrimonio continúan el visionado las imágenes de la sala en que se custodiaba el Códice tras su desaparición, hecha pública el jueves, pues según explicó el deán y Archivero Mayor de la catedral, José María Díaz, había controles en todos los ángulos del claustro, de forma que quedaría fotografiada cualquier persona que pudiera entrar. Sin embargo, el secretario general del SUP, Xosé Freire, afirmó que las medidas de seguridad "eran mínimas" y que el sistema era un mero "plan de compadreo".
"Tienes tú la llave, la tengo yo, la tiene el otro..." era el sistema utilizado, según Freire, que consideró que, así, su desaparición "era fácil" y resaltó que sólo tres personas poseían dicha llave, una de ellas el deán. De ahí que, en su opinión, la pérdida de la obra "en cualquier momento podía ocurrir", porque para la custodia de estos elementos tiene que haber expertos vigilantes de seguridad y no dejarlo en manos del deán de la Catedral.
Y si no ha ocurrido antes es porque, por ejemplo, en el año Xacobeo había un plan blindado de seguridad interior y exterior de la catedral que hacía "no imposible, pero muchísimo más difícil" que el libro se perdiera.
Una opinión que no comparte el antropólogo Manuel Mandianes, del Centro Superior de Investigaciones Científicas, que está convencido de que el robo del Códice Calixtino no se puede comparar a ningún otro. Si acaso, dijo en una entrevista con Efe, al del tren de Glasgow, por su complejidad y porque debió ser minuciosamente preparado por personas que sabían muy bien lo que hacían.
Mandianes señaló además que es imposible calcular el valor de lo robado, aunque calcula que "un millón de euros es sólo lo que puede haber cobrado el ladrón por haber hecho el encargo".
Igualmente, el profesor Xosé López Díaz, autor de la traducción al gallego del Códice, trasladó a Efe sus dudas de que el público en general pueda hacerse una idea de lo que representa la pérdida de esta obra que, para los expertos, puede equipararse al robo "de Las Meninas de Velázquez o del Pórtico de la Gloria".