Hay quien dice que tan sólo mirando a los ojos de la gente puede adivinarse las intenciones o personalidad del sujeto. Y es que "el iris es como un mapa genético, pero realmente no se puede saber bien lo que sucede en el cuerpo. Puede adivinarse mediante otras partes del cuerpo", explica Roberto Gil, licenciado en medicina y cirugía, especialista en homeopatía, acupuntura y terapia de polaridad y estudioso de iriología, un método de diagnóstico a través del iris. Sentencia paradigmática del desempeño llevado a cabo en Elizar, centro de terapias ubicado en Correría que, tal y como reza la información que preside su sitio web: "Combina terapias médicas formales y otras de la medicina complementaria y alternativa para las cuales existen datos científicos sobre su seguridad y eficacia".

Poco a poco, la población va desprendiéndose de prejuicios sobre estas opciones médicas, ideales como complemento a tratamientos comunes o como alternativa a otros, también enmarcados en la medicina convencional, pero de un cariz más agresivo. Partiendo de estos preceptos, la oferta de Elizar se divide en cuatro apartados generales: homeopatía, acupuntura, musicoterapia y terapia de polaridad.

Todas ellas enmarcadas dentro de las terapias energéticas o vibracionales, técnicas de curación basadas en el concepto de que cuerpo, mente y espíritu han de trabajar en conjunto. Quizás la disciplina más cercana a esta definición sea la terapia de polaridad que entiende el cuerpo como un movimiento de pulsaciones entre dos polos, con un tercero neutro que aporta equilibrio. Una dieta adecuada, sesiones de masaje, yoga de polaridad y una pertinente actitud mental son las herramientas para impulsar esta terapia.

Acupuntura y homeopatía son quizás las técnicas más conocidas de las empleadas en Elizar. Una mediante la inserción y la manipulación de agujas en el cuerpo y la otra a través del empleo de remedios carentes de ingredientes químicamente activos diluidos en agua. La musicoterapia es, sin duda, la más llamativa de todas ellas. Y es que "el efecto regenerador y sanador de la música es de los más potentes", aclara Isabel Martínez, directora de Elizar. Desde simples sonidos hasta melodías, la musicoterapia instiga al paciente a tocar un instrumento (también puede realizarse de forma pasiva, sólo escuchando) con el fin de remediar problemas emocionales, afectivos o psíquicos. Otra alternativa, en este caso terapéutica, a la diversa oferta del casco antiguo gasteiztarra y la médica en líneas generales.