bilbao. Enrique Urbizu (Bilbao, 1962) regresa a la pantalla grande ocho años después de estrenar su último filme, La vida mancha (2003). No habrá paz para los malvados, en la que vuelve a repetir con José Coronado como protagonista, es el título del largometraje que llegará a las salas el 23 de septiembre, en fechas próximas a la celebración del Zinemaldia, lo que alimenta las especulaciones sobre su eventual participación en el concurso. Hace unos días estuvo en Bilbao para ofrecer sus conocimientos a los alumnos de la escuela de cine Kinema en una interesante conferencia.
¿Trata su nueva película sobre el narcotráfico y el terrorismo?
Son algunas de las cosas que se ven en la película pero no constituyen el tema central. La historia es el viaje personal del protagonista.
¿Por qué otra vez un 'thriller'?
Me gustan mucho los thrillers porque te permiten hablar del verdadero funcionamiento del sistema, de las cañerías, de lo oculto. El thriller es un género que te permite hablar de política, de economía, de sociología y al mismo tiempo hacer espectáculo, crear tensión y emoción, mantener al público enganchado pero con ese sustento, con esa ambición de poner la lupa en temas interesantes y contemporáneos.
¿De dónde surgió la trama?
La idea nos andaba rondando a Michel Gaztambide y a mí e intentamos buscar una forma para poderla contar. No ha habido un detonante. La idea tiene que ver con el personaje central, Santos Trinidad, el personaje que encarna José Coronado. Un hombre agotado o echado a perder que encuentra un camino de redención. Fue un motor estupendo para desarrollar el guion.
Los protagonistas son José Coronado y Rodolfo Sancho...
Están José Coronado, Helena Miquel, Rodolfo Sancho, Juanjo Artero... Es muy coral, tenemos 60 personajes. De lo que más orgulloso estoy es del casting, es espectacular. Gente conocida, gente desconocida, es un festival de caras y de individuos.
¿Por qué ha tardado tantos años en regresar al cine?
Hemos intentado levantar algún otro proyecto pero no pudo ser. Algunos no encuentran acomodo, otros no interesan. O te ofrecen cosas que no te interesan o cosas que son interesantes pero tampoco hay medios para llevarlas a cabo con garantías. Es una suma de factores y depende también de tu nivel de exigencia.
¿Cómo afronta la promoción de la película?
Llegas con ganas y lo haces porque es obligatorio pero es la peor parte del negocio. Para un director cuando entrega la copia standard y la película está acabada, empieza el camino de la venta, que es un poco más árido. Hay quien lo hace muy bien y hay quien tiene menos dotes. Yo estoy entre los segundos.
Cuando termine la promoción de 'No habrá paz para los malvados', ¿tiene planes para una nueva película?
Estoy trabajando en ello, retocando la última versión del guion de una cosa que espero que se empiece a rodar en otoño. Es una variable del thriller político.
¿Ya tiene título?
Se titula Armas y conversaciones y está basada en la vida de Francisco Paesa, que es un personaje de los servicios de inteligencia de este país y un intermediario. Es un recorrido por algunas de las historias ocultas de los últimos 30 años de la vida de este país.
El pasado domingo se celebraron las elecciones a la presidencia de la Academia de cine. Usted estuvo como vicepresidente durante el mandato de Ángeles González Sinde.
Estoy muy honrado por haber contribuido al trabajo común. La Academia es la casa del bien común del cine español. Todos deberíamos ir pasando por esa experiencia que es casi como la mili. Estoy satisfecho, honrado y he conocido a una gente estupenda. Hemos trabajado duro y lo considero una etapa estupenda.
El elegido para el cargo fue Enrique González Macho. ¿Qué opinión tiene sobre él?
La Academia es una institución autónoma con una trayectoria. Tengo confianza en que González Macho lo va a hacer muy bien. Es un tío muy respetable, conoce la industria profundamente: en producción, exhibición, distribución. Es un defensor del cine de calidad y va muy bien arropado, por una directora y una actriz. Tengo confianza en que nos aguardan unos años serenos y cabales, y de trabajo.
La marcha de Álex de la Iglesia causó mucho revuelo.
Ha habido demasiado ruido con el tema de Álex de la Iglesia. Él tomó unas decisiones personales, que pueden parecer discutibles o no pero que hay que respetar. En mi opinión, ha habido demasiado ruido y demasiada personificación o individualización de problemas que son comunes. Espero que la nueva etapa sea algo más discreta y más silenciosa.
La gente del cine está en el punto de mira de muchos internautas debido a su apoyo a la 'ley Sinde'.
Lo que nos ha granjeado muchos enemigos es que la gente se cree que esto es gratis, no la ley Sinde, que intenta imponer una mínima legislación al respecto. El 80% de lo que se consume es ilegal. Eso hay que corregirlo porque si no, no se van a poder hacer ni películas, ni discos, ni libros. Es absurdo hincharte a manzanas y no contribuir a que el manzano esté sano. Se me escapa cómo la gente puede ser tan zoquete, parece que le cuesta entender que todo no es gratis.
González Macho ha comentado que Internet no tiene que centrar el debate de la Academia.
En absoluto. La Academia está para fomentar, apoyar, estimular, estudiar el cine español y protegerlo.
Este año, además de estrenar película, ha recibido un homenaje en la Mostra de Valencia.
Me dio el premio Sancho Gracia, que es una persona a la que quiero mucho, con la que ya he trabajado un par de veces y disfruté mucho. Me hicieron una retrospectiva y fue muy agradable.