Vitoria. No sólo no ha terminado el debate sino que, además, promete con seguir vivo. Es más, una parte importante de él a través de las páginas de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA. El pasado viernes, éste fue el único periódico que se hizo eco de las reflexiones que la diputada Malentxo Arruabarrena realizó sobre la polémica suscitada en torno el proyecto de Montehermoso a raíz de una serie de peticiones del PNV en el Ayuntamiento de Vitoria, unas palabras que la edil de Cultura, Maite Berrocal, contestó el sábado en un artículo de opinión dirigido en exclusiva a este medio y que ha tenido una gran repercusión a lo largo de los últimos días. Pues bien, mientras varios artistas locales (tanto a nivel individual como colectivo) están expresando sus opiniones al respecto, la responsable foral respondió ayer a las palabras de su homóloga municipal en otro texto enviado para su publicación en estas páginas.
Dejando a un lado las consideraciones sobre que sus palabras de la semana pasada fueron malinterpretadas y que ha habido reacciones que rozan con el insulto, Arruabarrena no sólo se reafirma en lo dicho sino que además reivindica el derecho de la sociedad a debatir sobre la cultura y a exigir responsabilidades cuando del uso del dinero público se está hablando. "Aquí está en juego toda una filosofía sobre la prestación de servicios públicos a la ciudadanía. Aquí está en juego aceptar una concepción despótica de la gestión cultural donde toda idea divergente se trata, cuando menos, de retrógrada. Aquí están en juego muchos millones de euros de las arcas municipales a los que (como con cualquier otra inversión pública) hay que exigir rentabilidad social. Aquí está en juego la utilización constructiva o efectista de las políticas de género. Demasiados riesgos para permanecer callada", asegura la responsable foral y ex portavoz jeltzale en el Ayuntamiento de Gasteiz.
En este sentido, Arruabarrena niega que esté en contra de que el centro cultural municipal se dedique al arte contemporáneo o que esté sujeto a la Ley Vasca de Igualdad. Sin embargo, vuelve a defender su idea de que feminismos hay muchos y de que el espacio de lo alto de la colina, en su programa expositivo, "recurre a menudo a dinámicas y discursos más propios de épocas pasadas". Es más, apunta que mientras muchas mujeres hoy, desde sus reivindicaciones de género, quieren mirar al futuro, Montehermoso parece por momentos anclado en los años 70.
En cuanto a sus polémicas palabras sobre el supuesto daño que hace a las mujeres el modelo que aplica el centro, la diputada dice que el propio espacio asume en algunas de sus muestras que sus contenidos pueden herir sensibilidades. "Montehermoso ha elegido simplemente un camino, a veces escabroso, a veces muy costoso, a menudo discutible. Uno de los rasgos definitorios del arte contemporáneo es precisamente su carácter vivo, abierto a opiniones, a participar, a contraponer. Lo peor que le puede pasar a una apuesta específica por el arte contemporáneo es que abandone el debate para instalarse en el terreno del dogmatismo irrebatible", puntualiza.
Además, Arruabarrena discute la defensa del espacio como plataforma para el arte emergente como en si en Gasteiz no se hubiera hecho nada antes, ya que entiende que es una negación del pasado reciente de la ciudad que no tiene sentido.