Londres. Casi un tercio de los británicos querría que la reina Isabel II abdicara en el plazo de dos años y que pasaran a ocupar su lugar su nieto Guillermo, segundo en la línea de sucesión, y Kate Middleton, quienes contraerán matrimonio el 29 de abril, según indica una encuesta publicada hoy.
El sondeo, hecho por Panelbase para The Sunday Times a 2.000 adultos entre el martes y el jueves de la semana pasada, indica, además, que un 59 % de los encuestados prefiere que sea Guillermo quien suceda a la soberana, en lugar de su padre, el príncipe Carlos, primogénito de la reina y heredero al trono.
Esta encuesta, que, según los analistas refleja el fervor popular por la pareja en vísperas de su boda, el llamado "efecto cuento de hadas", difiere de otra encuesta publicada este mes por la revista política Prospect.
El estudio llevado a cabo por Prospect mostraba un cambio de actitud histórico al favorecer la mayoría de los británicos a Carlos como heredero al trono por delante de su hijo, supuestamente, según los expertos, para que Guillermo tuviera tiempo de disfrutar de su matrimonio antes de asumir esa responsabilidad. En relación a la esperada boda que tendrá lugar el próximo 29 de abril, la publicación The Sunday Times publicó ayer que los embajadores de "Estados paria" como Corea del Norte, Irán y Zimbabue han sido invitados a la ceremonia, si bien la invitación al enviado del libio, Muamar al Gadafi, se retiró en el último momento. Estos diplomáticos se integran en la lista de 200 invitados diseñada por el Gobierno británico, que se incluye en el total de 1.900 que asistirán a la ceremonia religiosa en la Abadía de Westminster, situada en el centro de Londres.
Unas 650 personas acudirán después a una recepción con música y canapés en el palacio de Buckingham, de las cuales unas 50 han sido invitadas por la reina, 250 por el príncipe Carlos y la duquesa de Cornualles y un centenar por la familia Middleton, según el periódico. Sólo unas 300 personas están invitadas a la cena ofrecida posteriormente por el príncipe Carlos, preparada, según el mismo rotativo, por el chef suizo Anton Mosimann, y a quedarse a la velada nocturna que se desarrollará en uno de los salones de Estado, que se habilitará como discoteca para disfrute de los asistentes al enlace.
Polémica Por otro lado la boda del prínicpe Guillermo y Kate Middleton ha suscitado una polémica por el pago al personal de los hospitales que tendrá que trabajar ese día. El Gobierno británico declaró el 29 de abril una jornada de fiesta en todo el país.
Pero las más de 115 sociedades de hospitales en Inglaterra no quieren pagar a sus trabajadores el suplemento de los días festivos, según comunicó el sindicato Unite en base a una encuesta. Mientras los hospitales en Gales, Escocia e Irlanda del Norte han pagado entre un 60 y 100 por cien del complemento por jornada festiva, los centros en Inglaterra se niegan a hacerlo. "El personal en el sistema de salud atiende a los enfermos y está a disposición para las emergencias mientras el resto de Reino Unido disfruta de una bien merecida pausa o mira la boda", dijo Rachael Maskell, del sindicato. Los hospitales será uno de los sectores que "sufrirá" por el día adicional de fiesta.
Republik, la organización crítica con la monarquía, calculó que la boda real supondrá un gasto de aproximadamente 200 millones de libras para los centros de salud si se cuentan los gastos que suponen los complementos salariales por día festivo trabajado y el de aplazar las intervenciones programadas para ese día. efe/dna