DONOSTIA. El Gobierno vasco y la Diputación de Guipúzcoa no se explican la "brusca ruptura" de las negociaciones con la familia Chillida para reabrir Chillida Leku y da por retirada la oferta hecha a los herederos, con los que no se plantean nuevos contactos porque creen que "hace falta tiempo" para otro intento negociador.

La consejera de Cultura, Blanca Urgell, y la diputada foral de Cultura, María Jesús Aranburu, en una comparecencia conjunta en Donostia, han reiterado su "sorpresa" y "disgusto" por esta decisión "unilateral" y por la "deslealtad" mostrada la familia del escultor "cuando se había establecido un marco de negociación basado en el máximo respeto, la discreción y la confianza".

Les resulta "difícil" creer que el escollo haya estado en oferta económica hecha para la adquisición del museo, cifrada en 80 millones de euros, y han señalado como la mayor discrepancia el derecho de veto que los herederos deseaban ejercer la programación artística tras la venta del museo a las instituciones y la tutela sobre las decisiones del futuro equipo directivo.

Las instituciones dejaron claro que al tratarse de una adquisición y no una donación no se podía plantear un derecho de veto, según han explicado Urgell y Aranburu, que han asegurado que el compromiso con la promoción, divulgación y valoración de la obra de Eduardo Chillida será "firme y permanente".