Catarsis del musical

Vivimos en la era de los musicales. Es habitual observar en la fila de espectáculos como HighSchool Musical u Hoy no me puedo levantar a desorientados espectadores que se preguntan como será por dentro esto del teatro. Como una suerte de Torrente de las tablas, lo cierto es que el género ha contribuido de manera notable a revitalizar la disciplina. Así que uno no debe despotricar contra un estilo teatral muy digno en ocasiones, extremadamente comercial y de consumo rápido en otras. Sería demasiado osado definir la categoría en la que encuadrar este Mamma mia!, santo y seña del musical que recorre la discografía de los suecos Abba, una de las formaciones con más repercusión de la historia. Aunque basta decir que permaneció en el Teatro Lope de Vega de Madrid durante 30 meses, en los que fue visto por más de un millón de espectadores. La escritora Catherine Jonson engendró una almibarada historia en la que una chica inicia la búsqueda para descubrir la identidad de su padre en la noche previa a su boda. Todo ello satinado con la meliflua banda sonora de los escandinavos más alejados del rock que ha visto nunca la gélida región.