getxo. Los hermanos Lagares llevan casi 20 años dedicándose a la animación con plastilina, aunque nunca han dejado de filmar y producir, trabajando diferentes campos de la animación. Según Isabel Villalonga, serían autodidactas, "al principio aprendieron a base de darse contra la pared". A partir del Goya de año 2000 se lanzaron a la aventura de crear una escuela donde enseñar estas técnicas de stop motion, es decir, de animación en volumen o foto a foto, aparentando el movimiento de objetos estáticos por medio de una serie de imágenes fijas sucesivas, una técnica bien conocida en el cine. Esto se traduce en largas horas, primero, emulando a los dibujos de Vizcarra -con quien colaboran en exclusiva-, trabajando las capas de las esculturas, y, si van a filmar, dando movilidad a sus delicadas figuras para que, foto a foto, creen la ilusión visual descrita. "Se hace bailar la estructura, es un paseo", define Isabel. Con la mirada puesta en Aardman Animations (Chicken run), Wallas&Gromit (La maldición de las verduras), Will Vinton, etc. -"hay mucha gente muy buena haciendo virguerías"-, en la EAP idean una imagen, traspasan laboriosamente los volúmenes, se estudian las medidas y coordenadas entre el ojo y la nariz, se pasa de 2D a escultura y modelado... con cuidado de que el polvo no manche las figuras y el calor no las deshaga. Son sus principales enemigos.

Y si se trata de una película, todo resulta más complejo: una buena idea, un buen guión, una storyboard, la estructura de dirección; las figuras colocadas con fondos de chroma key o de vídeo, entre decorados y fotografiados milimétricamente... Hay alumnos que "ya no son alumnos", sino maestros en esta artística escuela.