Madrid. El presidente de la Academia de Cine, Álex de la Iglesia, se mantendrá en su cargo hasta que se celebren, en un plazo no superior a los tres meses, elecciones para designar al nuevo equipo directivo de la institución. La junta directiva de la Academia de Cine acordó ayer esta medida ante la decisión de Álex de la Iglesia de renunciar a su cargo, en desacuerdo con el nuevo texto de la Ley Sinde pactado por el Gobierno con el PP y con CiU.
La decisión de la Academia de Cine fue anunciada en un comunicado tras la reunión mantenida, en la que la junta de la institución estudió la intención de su presidente de renunciar al cargo después de la gala de entrega de los Premios Goya, que se celebrará el próximo 13 de febrero.
"Ante el deseo de dimitir del presidente, se ha decidido convocar elecciones presidenciales que, según los estatutos de la Academia, habrán de tener lugar en un plazo no superior a los tres meses", señalan desde la institución. "Hasta entonces, el equipo presidencial se mantendrá en sus funciones", concluye la Academia en su escueto comunicado. De este modo, De la Iglesia, que fue elegido para el cargo en junio de 2009, presidirá la Academia de Cine en la próxima entrega de los Goya.
DECISIÓN INAMOVIBLE Tras la reunión, que duró casi cuatro horas, el presidente de la Academia de Cine y la vicepresidenta, Iciar Bollaín, informaron de los acuerdos adoptados. Durante el encuentro, los miembros de la Junta escucharon las razones del cineasta vasco para querer abandonar el cargo. Aunque se especuló con la posibilidad de que dejara de presidir la Academia ayer mismo, finalmente se decidió respetar su decisión inicial de continuar hasta la entrega de los galardones del cine español.
Al término de la reunión, Alex de la Iglesia apuntó que aguantará hasta que se celebren las elecciones que, según indicó la Academia, habrán de tener lugar en un plazo no superior a los tres meses, según los Estatutos de esta institución. Asimismo, dijo que se arrepiente de no haber hablado antes con la Academia, aunque mantiene su decisión de dimitir porque considera que "nadie es imprescindible" y que "es bueno que se refresque el espectáculo". "Soy una persona bastante impulsiva y me ha faltado discreción, pero quiero seguir diciendo lo que pienso y por eso dejo la Academia", destacó el cineasta. Unas palabras que fueron apostilladas por la vicepresidenta de la Academia, Iciar Bollaín, que afirmó que De la Iglesia se merecía un "tirón de orejas" por ello.