Donostia. El museo dedicado a Cristóbal Balenciaga en Getaria, cuyas obras ya se han terminado, abrirá sus puertas en junio para exponer un centenar de vestidos del gran modisto y acoger una escuela de alta costura.

Desde la colocación de la primera piedra han pasado más de diez años, un enrevesado proceso con episodio de corrupción incluido que investiga la Justicia (y que conllevó en su día la paralización de las obras), el cambio de arquitecto y la imputación de uno de sus principales impulsores, Mariano Camio, exalcalde de Getaria.

Ayer, con la visita de la consejera de Cultura, Blanca Urgell, y el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, los medios de comunicación pudieron acceder al interior del edificio, cuyo coste se ha elevado a 20 millones de euros, 14 más de lo presupuestado. Tras la cubierta exterior acristalada y anexa al palacio Berroeta-Aldamar, que fue propiedad de la reina Fabiola de Bélgica, se esconde un gran hall sobre el que están suspendidos tres grandes volúmenes cúbicos recubiertos con paneles metálicos monocolor a modo de estampado floral. En el central se encuentran las salas donde se expondrán las creaciones de Balenciaga. El llamado "volumen didáctico" acogerá el futuro centro de formación en alta costura, todavía por definir, y el tercer cubo se destinará a oficinas de la dirección. Los almacenes guardarán el resto de la colección que no se muestre (más de 1.000 piezas).

La exposición cambiará cada seis meses, ya que la conservación de los vestidos exige que no se exhiban por periodos superiores.

Las instituciones ya han calculado el presupuesto de gestión para 2011, que será de de 1,5 millones de euros.

Además de difundir la figura y la obra de Balenciaga, el Museo fomentará la aparición de nuevos talentos creativos a través de la escuela de alta costura y rentabilizará la marca Balenciaga para desarrollar una industria de la moda que transforme el potencial creativo en tejido empresarial.