"Señores humoristas, están perdiendo con esta crisis una oportunidad de oro. Antes, el buen bufón, el profesional payaso, se reía de la autoridad y ridiculizaba al sistema. Ahora los que van de "payasos" no llegan ni a la suela del zapatón, ni del zapatero, ni del zapatazo. Olvidaron su profesión. Pasan los días y aumentan los dramas en las casas".