"Le dedicaron un monográfico a Julia, esa mujer de la boca llena de mierda. En fin, para qué os voy a contar, bronca tras bronca con todos menos con Eduardo, que es su perrillo faldero. Y fue al principio de la gala cuando vimos a Lydia bailando en un altillo vestida con un trikini rojo y bailando con los brazos tiesos y las manos caídas a lo perrito pidiendo comida en la mesa. Qué estilo, señores".
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