Zurich (Suiza). Unas 70 obras, que Pablo Picasso (1881-1973) pintó en las primeras tres décadas de su creación, configuran la gran muestra que exhibe el Museo Kunsthaus de Zurich para conmemorar su centenario y revivir la primera retrospectiva mundial que el genial pintor protagonizó en 1932.
Casi ochenta años después, la prestigiosa pinacoteca ha conseguido traer una parte de los más de 200 cuadros que el artista español reunió entonces -actuando él mismo como comisario de la muestra- cuando aún no era la figura universal en la que se convirtió.
"Hubiera sido imposible en la actualidad realizar la misma exposición, con más de dos centenares de sus cuadros. Las obras están esparcidas por museos y colecciones particulares, muchas de ellas no las prestan y el coste sería inalcanzable", asegura un experto del Kunsthaus.
"Hay que tener en cuenta que en 1932 Picasso no era el fenómeno que es ahora, y sólo con las 70 obras que hemos reunido, el coste del seguro supera los 2.000 millones de francos suizos (1.700 millones de euros o 2.391 millones de dólares)", explicó.
Todas las obras reunidas para la exposición -que se abrió el 15 de octubre y permanecerá en el museo hasta el 30 de enero- estuvieron también en aquella muestra de 1932, lo que explica que las últimas daten justamente de esa fecha.
La exposición comienza con una muestra de fotografías de la retrospectiva de 1932 sobre la vida del pintor, para pasar después a las obras de un Picasso apenas veinteañero, como el retrato de "Gustave Coquiot" (1901), procedente del centro Pompidou de París.
Estas obras de juventud estaban marcadas por la influencia de pintores como Gauguin, Van Gogh o Lautrec, pero Picasso aún no había encontrado su propio estilo, por el que ahora es conocido. De los periodos rosa y azul, el pintor apenas incluyó obras, pues quiso mostrar sus creaciones más recientes.